martes, 30 de octubre de 2012

No des ni aceptes dádiva. Da y acepta ayuda.

Hay diferencias en las cosas depende de como se las lleve a cabo y de como se las encare y acepte, y es muy importante saber diferenciar entre unas y otras para no caer en la trampa o el engaño de aceptar algunas (cosas) confundiéndolas por otras que deberían darse de otra forma de la que generalmente pueden presentarse.
Por eso es muy importante, por la integridad de uno y de los demás, tener en cuenta que en ciertos momentos están quienes pueden requerir de "la mano" de otros para seguir adelante o avanzar en un determinado camino y momento de su vida. Y lo importante es que esa mano sea ofrecida desde el lugar correcto e indicado como asimismo, aceptada desde un lugar también específico.
Es muy distinto ofrecer una dádiva o limosna para hacer sentir bien por breves momentos a quien necesita algo y hacer sentir mucho mejor -seguramente- a quien la da; y es a la vez muy común que quien necesite de esa mano (de la que venimos hablando) acepte esa dádiva y se congratule con ella no pudiendo ver más allá de lo que realmente significa de parte de quien la emite y, en definitiva de parte de quien la está recibiendo, también.
Otra cosa es la ayuda, esa que puede venir del lugar menos imaginado y que siempre será (debería ser) bienvenida porque trasciende el simple hecho de ofrecerla -o recibirla- en determinado momento debido a que perdura generalmente más allá de la acción en sí misma.
Es complicado, al menos un poco confuso, poder discernir entre una y otra; más la principal diferencia que radica entre éstas es que la dádiva, en definitiva lo que hace es tranquilizar a quien la da en lugar de "ayudar" realmente a quien la recibe; y la otra, la ayuda, es la que plasmada en algo más perdurable a largo plazo ayuda (valga la redundancia) y sigue ayudando más allá del simple, pequeño y fácil gesto de dar a quien la ofrece ante quien la necesita sintiéndose sin otra posibilidad (moral) que hacerlo al ver la necesidad frente a sus propios ojos; siendo ésta por otro lado la base de la dádiva que sólo tranquiliza mental y espiritualmente a quien la da, pero que luego de hacerlo pasa a otra cosa inmediatamente y se olvida de esa otra parte que fue ayudada.
Por eso, según el lugar que nos toque ocupar en determinados momentos de la vida, no demos ni aceptemos dádiva. Demos y aceptemos ayuda.

sábado, 27 de octubre de 2012

Gracias por todo Néstor. Ya dos años, y te siguen naciendo flores.



VIROLA.
(Tango dedicado a Néstor Kirchner, a su memoria.)

Letra: Luis Longhi
Música: Guillermo Fernández
Realización audiovisual: Gerardo Villacorta
Producción artística: Horacio Bouchoux
Producción general: Centro Cultural Héctor Oesterheld


Asoma un resplandor. Clima de ilusión
Cosas que se tiran al pasar
Porque el mañana dice la gente
Mide su empeño con sutil serenidad

Eco atronador. Fruto del amor
Aire, sudestada, vendaval
La forma de las nubes no dibuja la ilusión
Es como la matriz de tu pasión

Virola
Hoy no está sola la plaza
Los pibes juegan, se abrazan
Si hasta Racing se prendió

Virola
Tu sueño nunca se acaba
Volvé tranquilo a tu casa
Que Goliat ya se quebró

Virola
Este tango hoy te llora
De alegría porque vos
Escribiste el argumento
De un nuevo octubre que será mejor

Faro relumbrón. Mueca sin adiós
Chueco mocasín toda ocasión
En cada pueblo verás tu gente
Con otro aliento renovando tu canción

Vamos corazón. Puja en tu dolor
De esto surge un punto cardinal
La gloria está en la rosa que dejaste en tu balcón
En ella está la forma de tu voz

Virola
Hoy no está sola plaza
Los pibes juegan, se abrazan
Si hasta Racing se prendió

Virola
Tu sueño nunca se acaba
Volvé tranquilo a tu casa
Que Goliat ya se quebró

Virola
Este tango hoy te llora
De alegría porque vos
Escribiste el argumento
De un nuevo octubre que será mejor




Néstor Carlos Kirchner
(25 de febrero de 1950 – 27 de octubre de 2010)

Hay magia.

¿Se puede encontrar magia en todo lo que nos toca vivir diariamente? Realmente, ¿se puede?
Aclaremos que no soy yo quien tiene la respuesta a este interrogante inaugural que me convoca, pero sí quien puede -como cualquier persona que lea estas líneas- esgrimir e intentar dilucidar esta premisa.
Sí, yo puedo hacerlo, y vos también podés.
No creo que se requiera de una sapiencia e iluminación especial y privilegiada para llegar a darse cuenta de lo que realmente significa responder a esta pregunta inicial.
Entonces, sí, claro que puede existir, existe y debe existir magia en todo lo que vivamos (veamos) diariamente.
Más o menos evidente y con mayor o menor intensidad, siempre -y según la mirada que se le dé a cada cosa- podemos encontrar y hacer surgir magia en y de donde lo deseemos.
Magia que, traducida como algo brillante que no deje de sorprendernos y admirarnos, está ahí frente a nosotros cada día y que por este mismo motivo quizás desconocemos, no sabemos ver o perdemos la capacidad de distinguirla y apreciarla.
Yo lucho día a día para no perder e incentivar en mí esa cualidad que me sirve para sentirme mejor y más feliz, proporcionándomela yo mismo sin la necesidad de tener que esperar que sea otra parte (ser vivo o cosa) quien me la proporcione. Encontrándola sí en otra parte, pero desde el lugar que a partir de mi firme determinación de no perderme la ocasión de descubrir y encontrar en "eso" que me gusta, alegra y conmueve, facilito la aparición -ante mí- de la magia que necesito diariamente para sentirme especial y feliz, además de comunicado con el universo, que es en definitiva quien nos brinda la oportunidad de presenciar tales momentos únicos y fascinantes que quizás, para otros ojos y otros corazones, pasan desapercibidos.
Existe por lo tanto magia. Y puede haber magia en todo (o en la mayoría de todo, si se quiere) lo que vivimos.
No lo dudemos. Jamás.
Yo no lo dudaría. Hace tiempo que me he dado cuenta.

viernes, 26 de octubre de 2012

No hay derecho a abatirse por nimiedades. ¡NO!

Transitando una semana abatida y marcada por una congestión total de mi cuerpo a nivel gripal, virósica y de por sí muy incómoda, hubo un momento de ayer jueves donde me dio ganas de romper algo, hacer una descarga como sea (no supe como) o sencilla y figurativamente ponerme a llorar producto de la desazón de estar atravesando por este triste y molesto estado corporal que comento.
"Esto de estar hace 4 días, para 5 ya, y seguir con malestar y dolencias por todo el cuerpo no es justo", pensé.
Pero al instante, y quizás por eso no supe como llevar adelante esta descarga que necesitaba hacer, recordé, vino a mi mente, pude darme cuenta a tiempo y tuve la iluminación de representar en mi mente una fotografía de una mujer de mediana edad que vi navegando por Internet hace varios días atrás -pudiendo ahora valorar las cosas por lo que realmente son-, en la cual se puede apreciar a dicha mujer sonriente, y después de su hermosa sonrisa (bella de verdad), también puede verse que está calva, le falta una mama y tiene una enorme cicatriz que da prueba de que le han extirpado un pecho; y toda esta imagen, que ya de por sí sola dice mucho sin necesidad de palabras, acompañada por una leyenda que dice lo siguiente: "Mientras tu lloras por tu cabello largo o corto de más, por ser gordo o flaco de más, por tener los pechos demasiado grandes o pequeños, o por cualquier otra cosa trivial... ELLA SONRÍE POR ESTAR VIVA! Y apuesto que vive más Feliz que tu!
Por todo esto, afortunado soy de padecer sólo una gripe que, días más días menos, en breve se irá alejando de mi organismo.
No tengo derecho, como persona que busca continuamente no vivir independientemente alejada y abstraída de todo lo (doloroso) que pueda pasarle a los demás seres vivos, a quejarme o abatirme por algo que si llegó, debe haber sido por algún descuido mío y nada más.
Repito, por todo esto afortunado de mí, y agrego, que este tipo de informaciones y cosas que veo y de las que tomo conocimiento no pasen desapercibidas por mis ojos ni por mi corazón.

¡No hay derecho de ser tan pueril y egoísta apenándome por boludeces!!! ¡No lo hay!!

lunes, 22 de octubre de 2012

El placebo de la visita al médico.

Las clínicas, sanatorios, hospitales y demás nosocomios de la salud son un lugar en el que la gente confluye, además de hacerlo por la dolencia que le aqueje en ese momento, para sentirse en muchas oportunidades más tranquila consigo misma sobre algún aspecto que quizás no requeriría de la estricta visita al médico.
¿Y por qué digo esto? Sencillamente porque me encuentro en uno de estos lugares, haciendo una visita a un médico clínico para que corrobore lo que creo saber; es este congestionamiento general que tengo, que se traduce en mocos, sudoración en la frente y la espalda, y algún que otro tipo de dolorcito -o molestia- en la zona de la garganta.
Podría haber evitado esta consulta, pero es así, y no sé si será para sentirme más tranquilo, y hasta aliviado, después del diagnóstico que me dé el médico, o si será para acelerar con la medicación recetada la mejora de este estado en el que me encuentro, o si será para usar la pre-paga que tengo y que al sentir un malestar liviano, pero malestar al fin, me permite amortizar el gasto de la suculenta cuota (que estas empresas de salud cobran a sus socios) haciendo uso de ella.
En fin, por uno u otro motivo, aquí me encuentro esperando hacer uso de ese placebo en el que muchas veces se convierte la visita al médico.

Octubre, mes del Tango.




domingo, 21 de octubre de 2012

La iglesia y la religión.

Tuve una infancia y adolescencia marcada por el catolicismo. Fui a un colegio católico (de monjas) todo el primario y el secundario; y en paralelo a eso formé parte de un grupo juvenil parroquial con el que me acerqué más profundamente a la iglesia (católica) a través de reuniones y retiros espirituales; además de misas y todo ese tipo de cosas tan propias de esta institución.
Hoy a la distancia, puedo decir que todo tipo de grupos, asociaciones, o como se los quiera llamar, que en definitiva (trasladando sus ideologías fuera de los límites delineados de su círculo íntimo de fieles o seguidores) dividan y sirvan para fomentar la agresión y lastimar "en pos de..." a otros, directamente NO SIRVEN, NO SE JUSTIFICAN y NO VIENEN A SUMAR como canal de encuentro, de unión ni de algo positivo, para nada ni nadie.
Todos tenemos (podemos tener) nuestro Dios, Ser, Entidad Superior, etc., que nos proteja e ilumine; pero de ahí a encerrarlo dentro de una estructura -social- que a la vez se precie de rivalizar contra todo lo que no es como ella dictamina y proclama hay un trecho enorme en el cual se contamina e institucionaliza eso mismo que se promueve y adora a través de ella como símbolo de pureza, despojado de todo valor material, social y humano; y que por tal motivo pierde autoridad moral y credibilidad social.
Si hay creencia, que sea personal y no se burocratice con la organización del hombre que muchas veces sólo arruina lo que en su estado puro ayuda y sirve en la intimidad de cada uno.
Dejemos el tema de la creencia, entonces, para lo personal y para que quien quiera creer, si así lo siente y desea, crea.
Dejémonos de joder.

martes, 16 de octubre de 2012

¿Por qué la agresión?

¿Por qué la agresión? ¿Por qué el hecho de que algunas personas reaccionen mal ante casi todo, con determinadas personas, pero reaccionen mal al fin?
La agresión es una manifestación encubierta de una insatisfacción personal que a veces se corresponde con la reacción que expresa y con la persona contra la cual se lanza, pero otras veces y siendo también parte de una insatisfacción, poco tiene que ver con el hecho agresivo que la origina y la persona contra la cual se profiere.
Es cierto, aunque no menos injustificable, que a la corta o a la larga quien es receptor/a de agresiones injustas, se acostumbre a ellas. No a recibirlas, más sí a que sean lanzadas, llegando finalmente -y después de tan repetidas ocasiones- a no cumplir su cometido que es lastimar y lacerar a la persona que las recibe.
Lástima que exista la agresión. Lástima que se haga uso de ella. Lástima que estén quienes se toman el tiempo de usarla. Lástima. Todo es una lástima.

domingo, 14 de octubre de 2012

Podré serlo. Lo sé.

Puedo ser 
recurrente con mis temas, 
pero uno escribe 
acerca de 
lo que experimenta, 
siente 
y vive a diario. 
Aquello que 
de alguna u otra forma 
en determinado momento 
se plasma 
en algún lugar, 
en este caso en un blog, 
mi blog.

miércoles, 10 de octubre de 2012

El Amor.

El Amor. Siempre está al alcance de nuestras manos. Siempre. No existe ser vivo que no pueda ser partícipe de su fiesta y de las bondades que en él se plasman y comparten. Y hay algo que es medular en este tema, y es que el Amor sólo se puede vivir y experimentar de a dos, nunca en soledad.
El amor. Encontrándose ahí, en los seres quizás más insignificantes, cualquiera sea su condición, y esperándonos; siempre dispuesto a darnos una oportunidad de poder conocerlo y sumergirnos en su estado ideal que hace la vida más linda, más fácil y más buena.
El Amor. No sólo como puente o fin sexual. Muchas veces donde radica el auténtico amor quizás no se encuentre significado también el sinónimo de lo sexual.
El Amor. Correspondido en su máxima plenitud cuando se encuentra otra persona que viene a completarnos y a permitirnos intentar completarla.
El Amor. Buscado desde siempre por todos más no sabido ver o despreciado por muchos que por diferentes motivos dejan pasar el tren y pierden quizás la única posibilidad certera que hubieran tenido de vivir en él.
El Amor. Entendiéndose como tal a la felicidad que nos estremece el corazón, nos desborda el alma y nos provoca una conmoción en el cuerpo tan total como abstracta que viene a cambiarnos los días de nuestra vida para hacerlos sentir los mejores, aquellos que nunca podrán olvidarse con el tiempo.
El Amor. No existe la píldora que pueda traerlo hacia nosotros ni que nos permita vivir en él cuando se nos antoje, más sí existe la plena convicción de que todos podamos llegar a vivir en él, y con eso alcanza ya que esto será motivo de su búsqueda constante (por parte nuestra) y de proponernos verlo en todo para así lograr convocarlo realmente a nuestra vida.
El Amor. Algo maravilloso. Algo de todos. Algo para todos. Algo que no es privilegio de pocos. Algo de todos. El Amor. Algo hermoso.

sábado, 6 de octubre de 2012

¿Indeciso? Si. No. Bah, no sé. ¿Por qué?

Ya he tocado en otra entrada el tema de la indecisión pero es que cada vez que me sucede no puedo menos que sentir que la pérdida de tiempo invertida en llevar a cabo esa indecisión es un motivo más que suficiente para evaluar seriamente el tema y poder superarlo para no repetir en el futuro dicha tontería.
Lo peor de todo es que no es que me lo proponga ni que me quede pensando en algo para luego terminar indeciso sobre tal o cual punto, sino que in situ al momento de decidir lo soy por naturaleza la mayor de las veces pero así y todo, una vez que me decidí por algo, es muy común que luego de la primera decisión me quede super tranquilo y "a otra cosa" pero luego, al tiempo (horas, días quizás) se da que estoy en otra cosa y click: me surje la indecisión que aparece disfrazada de recuerdo de lo ya decidido y de nueva duda si habrá sido correctamente hecho.
Y siempre, 3 o 4 de cada 5 veces, termino reacomodando mi decisión inicial cambiando lo elegido en primer lugar por aquello que en definitiva me hubo llevado a dudar, eso segundo que descarté en su momento por lo elegido y que pasa entonces a ser lo que finalmente queda como decidido a la postre.
Ocurre que no siempre es fácil cambiar las decisiones llevadas a cabo aunque debo reconocer que tengo una estrella que me hace fácil (no complicado al menos) llevar a cabo mis correcciones decisivas y generalmente puedo hacer los cambios sin mayores inconvenientes como me ha pasado con zapatos, zapatillas, camperas, ¿quieren más?, bueno continúo; lentes, abrigos, sweaters, buzos, y etc. ya que para ejemplo alcanza con lo enumerado.
Entonces digo yo: ¿Por qué no me quedo con lo que en teoría dejo relegado al segundo lugar -en la primera decisión- si total se que finalmente volveré a modificar lo decidido para efectivizar su elección?
La verdad, yo no tengo la respuesta. De tenerla no me encontraría escribiendo esta entrada.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Perdido por perdido.

Cuando alguien encuentra algo es porque "alguien más" lo perdió.
Y si eso que se encuentra se halla en la calle, en plena avenida para ser más descriptivo, poco se puede hacer por ese "alguien más" (inubicable) que perdió aquello que otro ha encontrado.
Por tal motivo, teniendo en cuenta la idea anterior expuesta, el encontrar algo (en el piso) entre un mundo de gente hace que lo encontrado pase a ser automáticamente de uno.
Se pierden muchas cosas. Y se encuentran otras tantas, diariamente. A veces nos toca estar del lado menos agraciado y otras, bueno, otras del lado que encuentra y, según lo hallado, festeja.