jueves, 31 de enero de 2013

La condena social.

Por un lado, cada día y ante cada mentira que esgrime y presenta el mutlimedios de la oposición comunicacional y mediática -al gobierno nacional- uno se va dando cuenta que ya se le hace cada vez más difícil sostener una patraña tan mal fabulada (como lo viene haciendo últimamente) desde ese amplio y ramificado portal de información y difusión, con canales y puertos de divulgación en varios puntos del país, casi exclusivamente en la mayoría y, porque no del mundo también, a través de otros medios de comunicación donde, éste nacional, encuentra asidero para redistribuir sus falacias.
Por otro lado, y al tener esa inmunidad que solo se es auto-otorgada por la reiteración de un delito, como es el engaño colectivo a sus lectores, audiencia y oyentes, con la emisión de información falsa en todo lo que tiene que ver con hablar negativamente de cosas que, a las claras, son positivas y que parten de la actual conducción nacional, este grupo monopólico también pasa, a veces y en determinados momentos y sectores, como un medio opositor leal, en el real sentido de la palabra, y por tal motivo con todas las garantías que la ley (irreal, esa que se mueve por el que dirán, en la calle) le otorga a quienes por ser opositores, en teoría tienen todo el derecho a denunciar, criticar y poner el foco en todo lo que mal haga y mal maneje esa oficialidad que ellos asumen como nefasta.
Por eso, siempre estarán los dos lados, las dos miradas; y aunque de tanto en tanto aparezcan oasis que parezcan asegurar una real victoria de la verdad por sobre la mentira y la injusticia que se comenten desde este tipo de medios opositores que solo piensan en ellos y en sus economías amparándose en la idea de que están para defender a la gente que está siendo presa de un gobierno nacional y una dirigencia poco menos que dictatorial, no debemos perder el hilo de que las cosas van y vienen, y en muchos casos (casi en todos) se dilatan hasta que "salen" y se dictamina un veredicto; pero que en definitiva, y a la corta (ojalá) o a la larga, la justicia siempre llega y todas las atrocidades que se han cometido, en éste y otros tiempos, serán pagadas con la condena que se imponga judicialmente por un lado, y con la más importante de las condenas, esa otra que ya se siente y se va aplicando desde hace tiempo sobre estos grandes culpables: la social.

martes, 29 de enero de 2013

¿Y si alguien se propone como única meta en su vida ser feliz?

A veces, la vida se toma de una manera trágica, cuando no del todo negativa, y muchas veces quienes adoptan esa modalidad para llevar adelante sus días, no conciben bajo ningún aspecto la idea de que, al menos, probando asumir otro papel opuesto al que asumen, las cosas pueden ser diferentes, y mucho, pero mucho, mejores; por supuesto.
Es sabido que quien padece de diversos males (no pensemos acá solamente en enfermedades o males físicos -dolores-, como generalmente solemos hacer cuando aludimos a esta palabra) muchas veces no puede, de manera sencilla, ponerse a pensar en cosas que arrojen un saldo positivo, ni tampoco a mirar todo aquello que nos rodea como algo de lo que se puede sacar algo positivo también, pero lo cierto es que si siempre se ahonda en el sufrimiento y en lo malo y negativo de la vida, en cierta forma se está llamando a eso de lo que se reniega y se lamenta en lugar de alejarlo, en primera instancia de la cabeza, del pensamiento personal.
Por eso, aunque cueste y resulte complicado tratar de enfocarse en una luz positiva, cuando todo es oscuridad en determinado momento de la vida, es necesario hacer el esfuerzo para lograr aferrarse, al menos con las últimas fuerzas que queden, a esa luz de esperanza y felicidad que seguramente está aguardando; porque no todo puede ser feo, triste, negativo y oscuro en la vida de las personas.
De cada uno dependerá, entonces, salir de su propio lugar de sufrimiento y apostar al hecho de ser, al menos una vez en la vida, uno de los que se propongan como única meta y como único fin en su vida, ser feliz.
Lo demás, todo eso que podríamos decir que forma parte de lo bueno y lindo de la vida, vendrá después como complemento de esta primordial primera elección.

jueves, 24 de enero de 2013

Una mirada que llevaré conmigo mucho tiempo.

Si bien ya lo he comentado en una publicación que hice en mi muro de Facebook, creo que merece la reiteración -de acuerdo a mi modalidad de ser y vivir la vida en pos de proteger a través de mis acciones, y promocionar a través de mis redes sociales y mi blog, a todos los animales- el hecho que me sucedió en el viaje de regreso de mis vacaciones, el martes 22 de enero del corriente año.
El tema es así. Íbamos viajando en la ruta, cuando de repente nos acercamos hasta un camión que transportaba vacas, que sin lugar a dudas y como ocurre diariamente iban rumbo al matadero, y al adelantarnos y pasarlo, yo, que viajaba en el asiento del acompañante y por tal motivo podía ir más relajado observando el paisaje y lo que sucedía a mi alrededor, pude cruzar una mirada, una mirada real, con una vaquita, la que iba ubicada en último lugar en ese acoplado que las trasladaba, amontonadas y hacinadas bajo el rayo del sol y el intenso calor que hacía ese día.
En ese momento, y ante esa mirada cargada de incertidumbre, miedo, incomodidad y todo lo feo que alguien pueda experimentar, comencé a sentir algo triste y feo yo también; ya que para mi, que entiendo que ellos, los animales, al ser llevados rumbo al matadero saben que nada bueno les espera -de hecho está comprobado que llegan en un estado de estrés y desconcierto absolutos- fue una experiencia de lo más frustrante y desagradable haberme comunicado visualmente con este indefenso animal y no poder haber hecho nada más que seguir viaje rumbo a mi casa, en Buenos Aires, sabiendo en donde, o mejor dicho "en que" terminaría el de ella.
Por eso, renuevo, reasumo, reafirmo y vuelvo a elegir esta forma de vida que adopté hace tiempo en donde no me considero, junto al resto de los seres humanos, él único ser vivo que tiene derecho a la vida y a la felicidad, sino que por el contrario asumo y proclamo la idea de que todos los seres vivos -con sistema nervioso central, si se quiere, para ser más específico, que es aquel que nos hace poseedores de sentimientos de emoción, miedo, tristeza, felicidad, amor, etc.- podamos vivir plena y libremente sin la eterna y constante presión de que nuestros días estén contados, sólo para el hecho de satisfacer los placeres de los hombre y mujeres que hacen uso de ellos para comer, vestirse, divertirse y desvalorizarlos, cuando por otro lado quizás después se paseen con un perrito, un gato, un hurón -o cualquier animal que se ponga de moda- y se hagan los protectores y amantes de los animales.
O se protege a todos, pero a T-O-D-O-S, o se hace una revisión de los propios valores para tratar de entender que las cosas a medias, las medias tintas, no sirven.

miércoles, 23 de enero de 2013

Estamos conectados.

Iba caminando esta mañana por una vereda de la ciudad de Buenos Aires y en un momento me detengo a esperar a Boro, mi perro, y apoyo mi brazo en la barandilla de una de esas verjas altas que hay en algunas esquinas para proteger a los transeúntes en caso de accidentes automovilísticos; y en eso, en un determinado instante, una mariposa hermosa, parecida a la que ilustra esta publicación, se posó en el dorso de mi mano -la del brazo que sostenía apoyado sobre el cerco- por fracciones de segundos, descansó, y luego se alejó volando.
¡Qué hermoso! ¡Qué conectados estamos todos los seres vivos en el universo! Esto pude experimentar y sentir mientras sucedía lo narrado.
Y así es, esto viví y sentí en un momento en el que creo que estaba en cualquier cosa menos en el tren de observar y relajarme, y por eso lo mágico y maravilloso de este "encuentro".
La verdad, no salgo de mi asombro al caer en la cuenta, repito, de lo conectados que estamos todos los seres vivos del planeta. Fascinante.

martes, 22 de enero de 2013

Ya regresé.

Hola Amigos y Amigas de la mega red social llamada Internet, esta red que nos conecta a todos y todas en un único camino virtual que hacemos a diario unos y unas con otros y otras, y que nos une, nos enlaza y definitivamente nos acompaña en muchas ocasiones.
Un mes. Un mes, justo, me ausenté de la ardua, pero no por eso menos simpática y gratificante, tarea de compartir diversos temas con ustedes, que tan amablemente me leen y pasan por aquí; algo que realmente agradezco y que valoro de sobremanera ya que, sin ninguna duda, quien tiene un blog o alguna forma de expresión virtual a través del cyberespacio lo hace para eso, para que lo vean los demás, y para que lo disfruten, lo cuestionen, lo valoren y lo aprovechen.
Ya regresé. Ya estoy de nuevo en el ruedo de "estar ", con mayores o menores intervenciones y de mayor o menor interés e importancia (según el ojo de quien las valore), y por eso paso a saludar y a intentar retomar la costumbre de abrir mi blog a diario otra vez, como lo hago durante el año, para volcar lo que me aparezca y merite aparecer.
Nos estamos viendo.