martes, 30 de abril de 2013

Las palabras.

Tenemos que poder ser conscientes en todo momento que nuestras palabras nunca pasarán desapercibidas en quienes nos estén escuchando en determinados momentos. Jamás.
No podemos decir lo que se nos antoje así porque sí con la solo excusa de: "total son palabras".
Y sí, palabras, nada menos. ¡Justamente palabras! Pocas armas son tan lacerantes e hirientes como las palabras, que una vez dichas y echadas a andar no detienen su camino jamás; volviendo bastante difícil la tarea de tratar de revocar lo dicho en el caso que fuera necesario.
Todos hemos sido presa de algunas palabras recibidas que han causado una herida en nosotros, quizás cuando quien las decía ni imaginaba que efecto tendrían. También, para ser honestos, habremos sido victimarios con palabras tiradas al aire sin ton ni son y direccionadas a personas en momentos y con ímpetu equivocados.
Quizás ofendan o lastimen las palabras escritas en este mismo momento, puede ser; porque en definitiva son el bálsamo o la condena que se provee a través de ellas, usadas como uno de los canales más importantes de expresión (sino el más) en el trato entre seres humanos y cumplen la función, adrede o sin quererlo, de acercarnos o alejarnos.
Tratar de ser cautos al hablar, esa es la clave. Ya pasó el tiempo vociferante, grosero e irracional, aunque nunca fue su momento en realidad. Pero así y todo, ahora, en este tiempo, no hay que dar lugar ni permitirlas. Ni a las propias, ni a las ajenas.
La forma deberá ser abordada con tacto y quizás vaya surgiendo en el mismo momento. Y es así, si no lo hacemos con nosotros mismos y con los demás, pero ya y desde ahora, no lo haremos más, y creo que es perentorio remitir a las palabras sabiendo que solo cosas buenas significan en quien las usa y en quien las recibe.
Armonía, paz, amor, felicidad, belleza, luz, y tantas otras son ejemplo de hermosas palabras y de que hay una oportunidad de hacer algo bueno con ellas desde ahora y para siempre. Y a través de ellas con nuestros vínculos, nuestra forma de relacionarnos; con nuestra vida y la de los demás.


lunes, 29 de abril de 2013

¿DíA DEL ANIMAL? ¡NO, CHE! NO SÓLO HOY, SINO "SIEMPRE".

No suelo adherir a celebraciones estipuladas, ya lo he dicho, porque la vida y determinados fines de celebración, valga la redundancia, deben ser diariamente contemplados y consagrados; y no solamente una vez al año.
Más con respecto a la fecha que hoy se trata en este día, adheriré para expresar mi amor y admiración por estos seres de bondad que deben ser puestos en valor por todo lo bueno que significan para la vida del ser humano, ya sean animales domésticos o salvajes; porque todos vienen a enseñarnos algo, siempre.


Ay, ay, ay... Hay que ir al gimnasio.

No hay caso che, hay gente que lleva en el alma eso del gimnasio y la actividad física. Yo, se ve que no. Lo hago, sí, pero como finalidad de salud y de verme (en todo sentido) bien.
Pero como decía, a mi no me surje desde las entrañas esa fuerza o ese ímpetu que me hace querer, necesitar y adorar ir y estar en el gimnasio.
Hay gente que sí, de hecho se les nota que están en su salsa cuando se encuentran allí. Y hacen sociales, y charlan entre rutinas, y alargan su estadía en el salón de ejercicios.
En mi caso, y en el de muchos más seguramente, voy, hablo con la gente (profesores incluidos) que luego de más de 3 años de ir al mismo lugar ya conozco y, obviamente, he entablo relación. Pero de ahí a postergar en más de 20, 30, ¡¡o 40!! minutos la continuidad de mis rutinas por quedarme hablando y nada más, la verdad que no, no soy de esa clase de habitué del gim.
Por eso, es cierto que muchas personas van a ejercitar su cuerpo y su musculatura para además conocer gente (en todas sus acepciones) y para trascender la simple actividad de ejercicios deportivos que en estos lugares se realizan.
No sé, yo he reparado en esto. Y todos/as han reparado en esto en algún momento, seguramente. Y tampoco está mal que así lo hagan los que gustan de ese tipo de actividades extra aeróbicas y musculares en lugares que esencialmente son para eso, para las actividades aeróbicas y musculares.
Lo noto cada vez que estoy en la cinta básicamente, donde puedo ver, mientras camino o corro, los movimientos que se suceden en el gimnasio al cual voy.
Es así, y hay que aceptar que el gimnasio es además de todo lo que supone este tipo de instituciones deportivas un centro de reunión social donde confluyen diferentes tipos de personas y de hecho la prueba es que están quienes se mueven allí de la manera que he comentado recién y quienes no. Y todos conviviendo armoniosa y respetuosamente bajo un mismo techo.
Pero ir al gimnasio, finalmente y retomando la idea central de esta entrada, hay que ir. Está bueno hacer algún tipo de actividad física. Para la salud, para sentirse bien y para mover el cuerpo dándole de esta manera la posibilidad de que oxigene su sangre y entre en movimiento su organismo. Es en cierta forma liberador, descontracturante y desestresante hacerlo. Es una buena opción, definitivamente. Una buena y saludable opción.

domingo, 28 de abril de 2013

No nos saque los bancos Sr. Macri.

Sí, yo utilizo este blog para volcar cualquier inquietud, pensamiento, punto de vista, postura personal, expresión genuina (del estilo que sea) o tema de interés general o particular. En fin, para lo que surja.
Partiendo desde su nombre -De Todo como en Botica- que alude a un crisol de temas en donde ninguno tiene impedida su publicación es que me encuentro muchas veces compartiendo entradas de carácter existencial o reflexivo, y otras también, como ahora, de específico tono político, urbano, civil, actual, o como cada uno/a quiera llamarle.
El hecho es que me entero que la actual conducción metropolitana a cargo del empresario tristemente devenido en político Mauricio Macri, está reemplazando los antiguos y característicos bancos de madera de color verde de la reserva ecológica por groseros bloques de cemento sin respaldar ni apoya brazos, cambiando de esta manera en forma radical un estilo de instalación de descanso que además acompañaba visualmente la armonía de este lugar natural, con el diseño y formato clásico -y hasta romántico- que caracteriza a los asientos de plaza.
¿Por qué estas modificaciones innecesarias que además conllevan tiempo, esfuerzo e inversión de presupuesto?
Cambiar algo que está bien, que es agradable y complementa el sitio donde se encuentra por otra cosa que viene a producir un descalabro visual en primera instancia y que además rompe con la imagen de un lugar tan silvestre como la reserva es inentendible.
Arreglar los bancos tradicionales que estuvieran en mal estado sería en todo caso la opción correcta a seguir pero no relevar toda una estructura montada para el descanso, por otra tan fría, incómoda y brutal como los bloques de material que vienen a contrastar -negativamente- con la estructura de un lugar así.
No soy urbanista, ni paisajista, ni arquitecto, claro; pero soy habitante de esta ciudad que hace ya 2 periodos de gobierno que viene padeciendo -literalmente- de las ideas y modificaciones que su conductor (¿político?), el jefe de gobierno de la CABA, hace en ella; además de padecer su gestión a grandes rasgos y en su totalidad, cada día, por estos días.
Una pena que el paso de personas ineficaces políticamente hablando, por el poder político haga tales desastres que, en lo pequeño o en lo grande, son males que lastiman y dañan al bien que deberían estar cuidando; en este caso a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a través de todas sus pertenencias, ya sean parques, calles, avenidas, y demás lugares. Y porque no también sus habitantes, claro, sus habitantes.

sábado, 27 de abril de 2013

Momentos de maltrato y agresión.

Nadie necesita estar instruido en el tema o hacer demasiadas investigaciones sino que por el contrario basta con haber sido al menos una vez en la vida partícipe de alguna situación estresante donde el maltrato se haga presente desde lo verbal, lo silencioso (los silencios son armar de agresión usados en el momento y lugar justos), cuando no desde lo físico.
Es así que haciendo alusión a los dos primeros ejemplos de los tres enunciados como maltrato que uno puede haber presenciado en carne propia o viéndolo en terceros podemos decir que nada bueno, positivo o constructivo sale de esos momentos tan... ¿cómo llamarlos?, tan... de mierda.
Si se presentan dejan siempre una fea experiencia ineludiblemente plasmada al pasar el mal trago vivido que muchas veces persiste con el correr de los días posteriores al hecho. ¡Y ni hablar del transcurso o del "mientras tanto" de la situación de maltrato en sí misma! Ese sí que es angustiante, incómodo y doloroso de sobrellevar.
Existen, se generan, aparecen, y adquieren forma porque al menos una de las partes apuesta a llevar adelante tan desgastante y espantosa empresa, ya que aquí no es necesario que todas las partes intervinientes en una situación de maltrato adhieran a ella porque basta con que una sola arroje las municiones aunque la otra no las recepciones (no las haga carne, acepte, o de relevancia, etc.) para que se ponga de manifiesto un maltrato constante y sonante.
Muchas veces también se da que ambas partes -maltratadora y maltratada- aceptan el lugar que ocupan poniéndose en cierta manera de acuerdo para el fin tan denigrante de la agresión; pero qué decir entonces si ya esto es otro tema más rebuscado desde lo psicológico y desde lo existencial de cada uno; me parece.
Retomando el tema de ignorar por la parte receptora las agresiones proporcionadas adrede por la parte maltratadora (ignoradas 'en teoría' ya que todo lo negativo que se recibe en algo debe mellar sobre quien es destinatario/a por más que se ponga todo el énfasis y la fuerza para que tal mala energía no llegue a dañar), es un método efectivo ya que recurrir a esa desatención con respecto a lo que se esté recibiendo -siempre haciendo alusión a la agresión verbal o de silencios que dicen mucho, y no hablando de la física ya que en esta entrada ese tipo de agresión extrema no la abordo- hace que quien no puede hacer nada para evitar la agresión al menos al momento de recibirla, comience a desentenderse del maltrato recibido simplemente porque sabe, entiende y decreta que no es justificable hacer caso al mismo.
Porque estuvieron, están y seguirán estando los maltratos y las agresiones en cualquiera de sus formas y presentaciones, sólo hasta que la persona que los y las recibe cambie su forma pasiva -receptora- y transforme esas circunstancias desfavorables para todos los participantes de un hecho de maltrato y agresión en una situación que no se repite más en su vida y pasa a ser sólo un mal recuerdo.
Las formas se irán dando desde y a partir del mismo momento de decidir que nunca más se dé esta situación tan... ¿cómo llamarle?, tan... de mierda.

viernes, 26 de abril de 2013

Cae el sol en la plaza.

Este horario en la plaza, el del atardecer, donde la ciudad va calmando su ritmo y se va desacelerando de todo poco a poco, donde mucha gente abandona los parques en los que estuvieron aprovechando y disfrutando del sol para ir a sus casas y otros llegan con sus perros o solos luego de terminar su jornada laboral a distenderse y despejar un poco su cabeza y pasear (en el caso de tenerlo) a su perrito, son lugares reconfortantes para este momento del día. Sino lo han experimentado, y pueden por tiempo y ganas, prueben y verán de que estoy hablando.
Están también los que dan un cierre al día con un partidito de fútbol en alguna de las canchas de alquiler que ésta u otras plazas tienen dentro de su predio y quienes llegan hasta estos espacios públicos sin saber muy bien para que, pero con la premisa de encontrar la paz y la libertad que allí se ofrece.
En definitiva, son plazas y parques donde siempre se puede estar inmerso en un entorno más tranquilo del que ofrece la ciudad en sus calles y veredas.
Son lugares naturales. Puros. Ventilados. Y son los atardeceres aquí momentos que de poder estar en alguno de estos lugares cuando suceden bien vale quedarse y vivirlos.
Simplemente eso. Para qué cargar de consignas algo tan simple y por este motivo tan pleno y pintoresco en todos sus aspectos como esto. Sólo eso.

jueves, 25 de abril de 2013

¡GRACIAS POR PERMITIRNOS VOLAR CONTIGO!


Tuve la suerte de haber sido uno de los tantos seguidores de los programas de radio que condujo Fernando Peña.
Tuve también la increíble dicha de conocerlas a ellas y de estar atento ante la aparición de cada una de sus criaturas, esperando oír sus historias y todo lo que éstas tenían para contarle a la audiencia radial de la que yo formé parte.
Me considero un integrante de ese grupo de los seguidores de la primera hora de Fernando ya que puedo decir que lo he seguido en sus programas y por las diferentes ubicaciones del dial radial, y siempre sin importar la ubicación y la complicación de sintonizar la señal allí estuve pasándolo bien y escuchándolo, a su lado, siempre -figurativamente, claro-.
¡Cuánto arte y cuánto talento junto en una misma persona! Tanto, que creo que lo mantuvo en una adolescencia continua en la que a pesar de todo lo que tenía (y mostraba casi obscenamente como a él le gustaba hacerlo) adolecía continuamente -valga la redundancia- de todo, y entonces a por ello iba tanto en su vida personal como profesional, todo el tiempo.
Un artista con todas las letras. Un verdadero artista. Tan talentoso como provocador, de eso no hay dudas, y tan tímido y sensible como parco y agresivo con los que no conocía; en esa doble cara que se le podía ver constantemente cuando pidiendo a gritos que se lo estimara y valorase alejaba a quienes quisieran acercársele o mirarlo con buenos ojos.
Un niño con una naturaleza rebelde y un hombre con una naturaleza creativa innata convivían en él, que cada día renovaba su impronta y que hacía de sus presentaciones artísticas en radio, teatro y televisión, o de las puramente públicas cuando concedía entrevistas o daba notas a movileros de tevé o de otros medios de comunicación (radio, prensa escrita, etc.), un momento de animoso entretenimiento o directamente de total desparpajo y transgresión, como los que sólo él sabía crear y a los que llevaba a su audiencia a gusto y piacere suyo, por supuesto.
Peña, tan recubierto por capas que tapaban su verdadera esencia y a la vez tan auténtico en todos sus movimientos. Y auténtico de verdad, ya sea desde sus uñas pintadas o sus tatuajes, hasta en su desfachatez de mostrar su pene (palabra que él detestaría usar en lugar de decir pija, verga o poronga directamente) ante una cámara en pleno móvil dado en vivo a un programa que se emitía por televisión y que era seguido por muchísimos televidentes por ese entonces .
Así era Fernando Peña. Así fue todo en su vida. Sin grises ni medias tintas. Todo a full. Todo con total entrega, ya que esa era la manera en la que él concebía su existencia y en la que se movía según fueran sucediéndose y pasándole las cosas.
Por eso, ¡cómo olvidarlo! ¡Cómo hacer de cuenta que, si bien ya no está más físicamente entre nosotros, no estuvo y significó tanto para mucha gente dentro de la que me incluyo! Imposible.
¡Cómo olvidar entonces a la dulce, melosa y tan caribeña ex-azafata cubana Milagros Dolores Guadalupe López López, Milagritos; que con sus anécdotas de vuelo en la Pan American World Airways (más conocida como Pan Am) o sus presentaciones de piezas musicales, hacía las delicias de sus "escuchadores" (Peña prefería llamar así su audiencia y no oyentes, ya que el oyente es un ser pasivo y en cambio el escuchador participa en forma activa opinando y dejando mensajes personales y originales) tanto en los programas de Fernando en los que solía hacerse presente cada tanto como en el suyo propio en radio del Plata llamado La Vereda Tropical; un delicado y musical programa que se podía escuchar por las noches, cada sábado!
¡Cómo olvidar también a la sufrida, pero no por eso menos chispeante y divertida, Cristina Patricia Megahertz, o directamente La Mega, que tantas sonrisas nos arrancó con sus llamados de la Psychology Now Today y las ocurrencias que tenía al realizar esa famosa encuesta, como por ejemplo la tan repetida pregunta: "¿Chorizo o morcilla?" que de la nada aparecía en medio del cuestionario! Jaja! ¡Qué recuerdos! Qué risa, por favor.
¡Cómo no acordarse de Mario Modesto Sabino ahora, si era un abuelo (dicho ésto con todo respeto Don Mario) que con su vasta experiencia al volante de un taxi nos sumergía cada tanto en sus historias, matizadas de encanto y melancolía sobre una Buenos Aires de otra época que muchos de nosotros ni habíamos alcanzado a conocer!
¿Y de Palito? ¡Qué decir y cómo olvidarse de Rubén Ramón Sixto Alegre, el famoso y camorrero Palito, si fue un pibe de los bajos barrios de José León Suárez que en una primera impresión podía resultar agresivo y maleducado pero luego terminaba comprando a todo el mundo por su dulzura e inocencia, revestida de a ratos por un poco de la típica acidez y rebelión característica de un pibito que traía consigo un bagaje importante de historia personal!
¡Y qué decir en este momento si todo lo que nos remite a Roberto María Flores es sinónimo de ternura y mariconería bonita! Fue un verdadero gusto conocerlo y escucharlo cada tanto en los programas, y más cuando cantaba o cometía el desliz de mandar al frente a algún puto tapado, aunque no hubiese estado tan tapado de todas maneras. Un indiscreto. Un atrevido. Un maracuya. Un divino. Todo en él era osado e inocentón a la vez. Un dulce Robeeto Flooore. Un dulce. "Poooto, poto, poto, poto, poooto". Un cantito que aún hoy suena en mi cabeza. Lindo.
Y no puedo pasar por alto al mexicanito más cabrío y cabrón que tuvo la radio, llamado Ricardo Alfredo Ñuñoa Cruz, más conocido por su apodo, Dick Alfredo, que fue el tipo que siempre había querido ser locutor y que quizás por exceso de palabrotas en su vocabulario y algo de desparpajo en su impronta llegó hasta donde llegó en su vida, conociendo a Peña y pudiendo laburar de lo que le gustaba junto a Él.
¡Cómo no traer hasta nosotros ya mismo entonces  a María Elena Rinaldi para recordar de esta manera sus alocuciones sobre la forma de hacer tales o cuales cosas, que generalmente eran más propias de los varones que de las mujeres, haciendo a través de estos consejos gala de todo lo que tuviera que ver con el mundo masculino y varonil de las chicas como ella! ¡Qué grossa María Elena, qué grossa!
Y no quiero dejar de hacer un comentario más sobre la última criatura a recordar en estas líneas, de las tantas personas que aparecieron a lo largo de la vida artística de Fer Peña, ya que ¡qué decir del más cheto, del más sofisticado, del para nada cache, mucho menos pardo, y tan patricio por cierto, Martín Revoira Lynch III ("¿Queashés maaan? ¿Tooo bien bolooo'?) que como nadie pudo dejar al desnudo ese tipo de personas que por "Sher taaan de Shan Ishidro" creían (creen) que son superiores a otras que corrieron con distinta suerte en su origen familiar y geográfico; y que sólo él pudo pintar en real esencia, aún perteneciendo a ese tipo de gente, burlándose a la vez de ellos; solapadamente claro, pero de forma descarada de toda esa superficialidad barata!
Por esto, ¿cómo no recordarlo a él, mentor y creador de todos estos personajes que traigo a la memoria, producto de extrañarlos al recordarlos y evocarlos?
A él, que supo ir delineando cada una de sus 21 criaturas para hacerlas tan únicas y diferentes entre sí como variadas en su forma de ser, de expresarse y de pensar. A él, que pudo como nadie hacerlas interactuar al mismo tiempo, casi pisándose y superponiéndose al hablar a todas ellas, logrando que quienes las escuchábamos del otro lado de la radio ni pensáramos por un instante en que podían ser otra cosa más que personas que allí estaban entablando una conversación, una pelea o simplemente compartiendo un programa de radio.
Yo sé que él seguirá siempre en los que lo quisimos y disfrutamos, como siguen todos los que fueron valorados por su público  Pero es cierto que con el paso del tiempo el recuerdo que queda en el corazón básicamente, se va haciendo cada vez más débil porque no se anda todo el tiempo pensando en alguien que ya no está y más cuando no es una persona directamente cercana sino un artista que se supo admirar.
Por eso hoy, sin ser la fecha de su nacimiento o de su muerte, lo recuerdo y refuerzo para mí en primer lugar, y para todos los que gusten de traerlo a la memoria y recordarlo, un poco de todo lo que fue y significó en su arte para muchos; y comparto esta entrada despidiéndome con una canción interpretada por la dulce Mega, que considero que habla por ella y por Fernando también, en toda la extensión de su letra.

¡GRACIAS FERNANDO PEÑA! ¡GRACIAS PUTO LINDO!
¡GRACIAS POR TODO TU ARTE!
¡Y GRACIAS POR PERMITIRNOS VOLAR CONTIGO!


miércoles, 24 de abril de 2013

Ese sahumerio, en ese instante, fue mi buena estrella.

Llegar a un banco de plaza y encontrarse con un sahumerio encendido apoyado sobre él, consumiéndose y perfumando el banco y su entorno, es algo poco común; de buena estrella, diría, y que me sucedió hace varios días atrás cuando caminaba con mi perro por el parque en su paseo vespertino y al ir a sentarme un rato mientras éste jugaba y corría por allí.
Digo que es de buena estrella ya que quien lo dejó ahí, seguramente supuso que era muy posible que alguien lo encontrara y (extendiéndome en la suposición, ahora personal) disfrutara de él.
Bueno, yo disfruté de este hallazgo; tanto como hasta que se apagó al poco tiempo de haber llegado yo a ese lugar, producto de tocar su parte encendida con la madera del banco, y dándome cuenta tiempo después de que esto había pasado al mirarlo nuevamente quizás por dejar de percibir el olor que despedía.
Como no fumo y no ando con fuego a mano, ya sea encendedor o cerillas, no pude volver a prenderle para que siguiera su curso de inundar el lugar cercano con su aroma. Y en determinado momento debí continuar mi camino (paseo) junto a mi perro, algo que no hice sin antes llevarme una imagen de este descubrimiento que había tomado ni bien lo vi y que me dejó sorprendido en primer lugar y congratulado después por imaginar que alguien lo había dejado ahí para que quien viniera y lo encontrase fuera feliz con el hallazgo.
Imaginado entonces, me creé esta idea, y como lo que viví fue un poco fuera de lo común, imaginar en torno a ello un plan que diera forma a tal historia no fue para nada difícil.
Pues bien, ateniéndome a la significación que le dí a mi descubrimiento, yo así lo hice. Al verlo allí, como esperándome, fui feliz con ese instante y ese descubrimiento; y luego llegado el momento, me alejé llevándome esta historia para mi en esa oportunidad, y para todos ustedes ahora.

martes, 23 de abril de 2013

Pequeños milagros de cada día.

Casi diariamente, o según la intensidad que yo le dé, puedo ver estos comienzos de atardeceres que se dan en el parque, cuando voy al caer del día con mi perro para que éste pasee, juegue, corra y haga sociales con otros perros.
Soy afortunado, ya lo creo, porque ver estas imágenes en vivo y en directo y apreciarlas y valorarlas es algo que seguramente no todos puedan hacer.
Yo, por ejemplo, disfruto y mucho de este tipo de cosas. Las vivo y las siento en total libertad y con el real sentido que tienen, justamente el de la libertad, además del de la belleza.
Porque ¿qué pasa si por estar acostumbrados a algo por tenerlo ahí en nuestras narices no le prestamos la debida atención? Nada, realmente nada; pero, entre admirarlo y gustarlo o no reparar en él, elijo lo primero ya que no soy como ese tipo de gente que sólo valora (añora) las cosas cuando no las puede tener a su alcance cuando lo desea.
Por tal motivo creo más que oportuno compartir mi dicha, por ser espectador de este paisaje, y transmitirles a todos ustedes la necesidad, es más, la imperiosa necesidad, de volver a caer en la cuenta de estos pequeños milagros que nos regala la vida cada día.

lunes, 22 de abril de 2013

Stand By Me - Playing For Change.



18a, con a de AGRESIÓN.

Las agresiones vertidas por integrantes de la movilización del 18A a cronistas de medios oficiales -por llamarlos de una manera identificatoria a fin de la dirección de tales agresiones- y a un militante del Pro que intentaba evitar la rotura de la puerta del Congreso de la Nación han sido de parte de minorías sobre el total de los actuantes de esta marcha opositora, puede ser, pero es hora de que esas minorías desistan de la agresión que las enmarca y las moviliza más allá del leitmotiv de su movilización principal de salir a la calle.
Hay muchos temas que se expresan en este tipo convocaciones sociales, de esto no hay ninguna duda, pero poca o ninguna referencia política (hombres o mujeres políticos) para que estos reclamos encuentren un portador y puedan ser llevados adelante en futuras elecciones. No existe, no la hay.
Un referente que adopte la dirección de estos reclamos de habitantes de diferentes partes del país no se vislumbra por el momento.
Siempre tienen un tema para protestar, y bienvenido que así sea cuando hagan de cada protesta libre y democrática de salir a la calle una manifestación pacífica y no un cúmulo de odio y provocación tan marcados.
Son minorías, es cierto, y hay que tenerlo presente; sólo minorías. Pero, como decía la principio, es momento de contemplar estas minorías ya que tiñen negativamente todo lo que las grandes mayorías pueden hacer en forma civilizada y natural.
Minorías por lo tanto totalmente repudiables, así fueran de sólo 2 personas, y condenables desde todos sus aspectos; aunque no son todos, y eso es lo que tenemos que tener en cuenta también.
Siempre hubo inadaptados y malas personas, siempre; pero afortunadamente también siempre son los menos.

domingo, 21 de abril de 2013

Las plazas, por las noches.

Antes, las plazas significaban para mi un lugar abierto y verde que solía abordar cuando debía acortar camino en el trayecto entre un lugar y otro pero no mucho más ya que nunca fui de ir a sentarme en un banco a leer, a mirar el paisaje o a estar simplemente allí sin hacer nada.
Y digo antes, ya que desde el momento que significó un punto de cambio en mi vida que fue el de la llegada de mi perro a ella, entre muchas otras cosas, estos lugares pasaron a tener otra significación muy distinta a la que remitían en mi hasta entonces.
Son por lo tanto, desde que tengo el placer de traerlo a mi perro a estos lugares para que corra, juegue, socialice con otros perros, y lo pase bien, sitios que remiten a la verdadera conexión con la naturaleza; más teniendo en cuenta que el sólo hecho de llegar a ellas me aleja de la batahola de andar por las veredas y cruces de calles tan transitados que ofrece mi Buenos Aires a todos los que andamos caminando o en vehículos móviles por ella.
Es así que disfruto y reparo en el hecho de ir a una plaza o parque y lo tomo y aprovecho como un puente de conexión y esparcimiento mental que me distancie por el tiempo que dure mi estadía allí de todo lo que implica formar parte de una sociedad que, con estímulos constantes, nos bombardea todo el tiempo con consignas, información y diferentes tipos de señuelos que allí, en las plazas, parecen no existir o al menos carecen de relevancia.
Amo las plazas, gracias a mi perro. Amo la natural sintonía que hace foco en mi con respecto a estar inmerso en ellas y en su ambiente cada vez que me encuentro en una de éstas. Las amo, en todo momento y disfruto en forma total cada paseo que nos lleva hasta una de ellas, principalmente por las noches cuando cae el día y, acorde a la típica magia que posee este momento de la jornada, todo es especial y particularmente calmo en ellas.
Las plazas, por las noches, lindos lugares para recalar cada tanto.

sábado, 20 de abril de 2013

Lo bueno y lo malo.

Son diferentes ideas, opuestas por cierto y a la vez tan amplias en su definición si nos alejamos de lo que estrictamente propone el diccionario de la lengua española y si tenemos en cuenta que según las personas que interpreten sus significados las lleven adelante, todo aquello que pueda llegar a hablar de algo que sea bueno y algo que sea malo.
Hay parámetros indudables, seguramente, sobre lo que es bueno y lo que malo, universalmente hablando podríamos decir; pero aquí también se puede llegar a disentir sobre el tema, ya que según el lugar y la postura de quien enfrente una misma cosa (de esas que generalmente no opondrían resistencia a ser definidas por buenas o por malas) será como se la vea, asuma y defina.
Es así, yo por ser parte de un estilo de persona que ve como malo todo aquello que remite a la injusticia (otro tema a dictaminar su significación, por cierto) en el sentido de sufrimientos innecesarios y provocados sin sentido alguno por ejemplo y entre otras cosas, mantengo la mirada en donde gran parte de los integrantes de la sociedad la enfocan cuando se piensa y se habla de algo bueno o de algo malo.
No sé, quizás, me parece, que hoy no estoy siendo muy específico en el tema y quizás peque de redundante, más creo que el tema así hizo que me expresara.
Sentí ganas de hablar de lo bueno y lo malo, de tocar este concepto en mi blog, y así me salió abordar la noción. No sé, quizás vuelva más adelante sobre ella y me explaye y desarrolle más en profundidad. Puede ser. Veremos que sucede.

viernes, 19 de abril de 2013

Y ganó Maduro, nomás.

No se explica porque es tan difícil de aceptar la victoria de un hombre representante en los votos de una porción mayoritaria de la población por sobre un sector que no alcanzó con sus votos a imponer a su candidato para obtener el lugar que éste, ahora el electo presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ocupará en adelante.
Si bien Nicolás Maduro Moros ganó a su principal opositor, el candidato Henrique Capriles Radonski que representaba en las urnas a ese sector que no pudo obtener la mayoría de votos y al que hago alusión al comienzo de este breve abordaje acerca de lo acontecido en ese país con referencia a las elecciones presidenciales que tuvieron lugar el último domingo 14 de abril, esa victoria debería haber sido tomada como un triunfo en pos de todo el pueblo venezolano y no sólo de los votantes por el candidato ganador, aunque bien sabemos que nunca suele pasar así y que principalmente cuando las derechas de los estados pierden frente a la opción popular de inclusión e igualdad para todos los sectores de su sociedad las cosas toman un rumbo hostil, violento y de incitación a la violencia por no querer aceptar ni comprender que la voluntad POPULAR, esa palabra que tanto temen y desprecian, se haga valer frente a sus deseos y ambiciones mezquinas.
Y ganó Maduro, nomás. Y es motivo de alegría que se continúe con el rumbo iniciado por el comandante Hugo Chávez Frías además de significar este resultado un rotundo aire esperanzador para el pueblo que acaba de llorarlo junto a toda la Latinoamérica unida en la triste y nunca esperada partida de su líder, y que puede ahora con la asunción del continuador (por deseo del mismo Chávez) de este plan de gobierno reavivar su alegría y la certeza en que todo va a seguir en el mismo rumbo que los seguirá haciendo visibles para el poder político, no volviendo jamás a esa invisibilidad que tenían antes de la llegada de su primer y gran caudillo, el buen Chávez.
¡Fuerza Maduro! El pueblo de toda esta hermosa Latinoamérica celebra y te abraza en este tiempo de unión, paz y amor. Los caminos nos siguen conectando, fortaleciendo y hermanando.
¡Fuerza Nicolás! ¡¡¡¡Y que viva la Patria Grande!!!

jueves, 18 de abril de 2013

Tenemos el tiempo en nuestras manos para hacerlo.

Muchas veces la gente, y me incluyo porque no tengo para nada controlada mi situación interior (todavía) y porque esencialmente soy gente, no logra darse cuenta de que está a un nivel de aceleración que aunque aparentemente se vea tranquilo, calmado y exteriormente sereno, mucho dista en su interior de ese estado ideal.
Por eso, cuanto más nos creemos encausados en la armonía que aspiramos a encontrar entre todos los aspectos de nuestra vida es cuando más atención debemos prestar a nuestro "movernos" diario ya que quizás hayamos caído en la automatización de movimientos y acciones y por tal motivo no nos damos cuenta de que estamos (seguimos) tan acelerados como en el más álgido de los momentos.
Muchas veces tenemos la suerte de darnos cuenta a tiempo, por algún pequeño contratiempo o movimiento que sucede en nosotros, algo así como un "click" que nos hace dar cuenta de la vorágine dentro de la cual estamos haciendo todo, que hemos llegado a determinado momento en donde no podemos no sentirnos con una energía demasiado densa y cargada que hasta hace que nuestro respirar se vea turbado, entre otras cosas.
Es ahí cuando afortunadamente podemos frenar a conciencia y decir: "hasta acá llegué", comenzando a partir de ese punto de inflexión a movernos y hacer en consecuencia de lograr bajar los decibeles.
Otras veces quizás ni podemos darnos cuenta y así se nos pasa gran parte de nuestro tiempo, que en definitiva es nuestra vida, acelerando y desacelerando motores, como locos, sin llegar a ninguna parte, o lo que es peor, llegando pero no aprovechando ni disfrutando realmente de todos los logros que vamos sumando y conquistando.
¿Será que quizás debemos comenzar cambiando nuestra forma de expresar aquello básico que forma parte de nuestro vivir para de esta manera poder dar una ayuda a la concreción de esa armonía general deseada?
Puede ser que hasta en el expresarnos estemos enfocando mal la energía a utilizar y la manera de hacerlo.
La vida es ser, no tener, así que en pos de ese común conquiste de metas y suma de logros es muy factible que podamos embarullar nuestra esencia interior confundiéndonos y perdiendo el hilo de la serenidad interna que se ve mancillada cuando entra en nosotros el ansia de tener o cualquiera de sus múltiples sinónimos: poseer, detentar, atesorar, beneficiarse, conservar, guardar, sostener, retener, sujetar, y tantos otros que remiten en mayor o menor medida a esa gran premisa/consigna/ambición que mueve al mundo de los seres humanos; el tener.
Yo hace tiempo que resigné a ese tipo de cosas (lo que no quiere decir que no forme parte de esta vida y del mundo moderno en el que vivo) porque vi que es sólo en las otras, las simples y que se basan en el ser y no en el tener, que teóricamente han sido tapadas por el snobismo y el acelere humanos, donde realmente está la serenidad y la salvación personal.
La vida es ser y pasarlo bien, nada más. Cada uno hace lo que puede con la suya y está en uno forjar su camino, aspirando a tener mayoría de momentos felices, o de los otros, en él.
Se puede. No hay otra. Si una persona como yo, común y sin mayores luces ni dotes extraordinarios puede hacerlo (intentarlo al menos), no hay techo para desearnos lo mejor y llevar adelante la propia existencia de la forma más plena y armoniosa posible.
El tiempo es ahora, ya se sabe; entonces ¿vamos a esperar al mañana (que por otro lado no existe ya que cuando llega es el hoy y por eso la eternidad del ahora es la única opción que tenemos) para pasarlo bien? Si un tiempo inexistente en el presente, como el mañana, se vuelve inalcanzable debido a su nula representación real; de nuevo: ¿qué esperamos para hacer todo ahora en este único tiempo que vivimos?
Démosle una chance a nuestra vida, vivamos más tranquilos y ahora. ¡¡Ya!! Tenemos todo el tiempo en nuestras manos para hacerlo.

miércoles, 17 de abril de 2013

Repudio y desacuerdo acerca de su existencia.


Declaro mi total desacuerdo y todo mi repudio a este tipo de instituciones que lucran con el encierro, la discriminación y la falta de dignidad de los animales,
que mantienen cautivos y alejados de su ámbito natural, a costa de mostrarlos como objetos sin derechos y sin capacidad de padecer tales encierros.

martes, 16 de abril de 2013

Frutas y verduras a buen precio.☺

Si tanto cuestan muchas veces las verduras y las frutas en las verdulerías del barrio, que cada vez tienen precios más altos por no citar los supermercados en los cuales las tarifas aplicadas sobre este tipo de productos comestibles, esenciales para la vida de los seres humanos, suele ser desmedida, entonces:

¿por qué no aceptar los puestos de venta callejeros de estos nobles alimentos, que de mano directa de sus productores o sin los impuestos que se les aplican a las tiendas, ofrecen igual o superior calidad de productos a mejores precios?

Bien por estas alternativas de compra. Yo, las celebro.


lunes, 15 de abril de 2013

¡Qué simpático y kitsch!


Caminando con mi perro una mañana, durante el último fin de semana largo que estuvimos en Mar del Plata, pasé por un hotel que me llamó la atención ver, por su nombre y por el dibujo que lo acompañaba, ya que me pareció, como digo en el título de la entrada, muy simpático y hasta kitsch; motivo que me causó algo de gracia en ese momento de descubrirlo mientras pasaba frente a él y me inspiró a tomarle esta fotografía con mi BlackBerry, sin saber muy bien es ese momento para que lo hacía y en que terminaría utilizando o usando  luego dicha imagen.
He aquí que terminó siendo un motivo de publicación de mi blog, en donde -como ya deben saberlo a esta altura- puede aparecer cualquier tipo y estilo de presentación, ya que De Todo como en Botica es básicamente eso, un conjunto de imágenes, relatos, opiniones, videos, músicas, y todo aquello que se les pueda ocurrir a c/u de ustedes.
Tarde o temprano eso que pensaron cuando leyeron: "todo aquello que se les pueda ocurrir a c/u de ustedes", terminará apareciendo por aquí, seguramente, de una u otra manera, es muy posible; como ahora aparece el hotel CORCEL, que yo nunca antes hubiera imaginado que aparecería en este lugar. Es así amigos y amigas, aquí, en este blog todo puede suceder. Y bienvenido sea.

domingo, 14 de abril de 2013

Turistas en la ciudad.

Teniendo en cuenta que quien pernocta una noche o más en otro lugar diferente al de su residencia habitual (ciudad, provincia, país) puede ser considerado turista y viéndose cada día a decenas de ellos caminando solos o en grupos por las diferentes ciudades de todo el mundo, cómo iba yo a dejar de encontrármelos y de fotografiarlos entonces, haciendo una breve alusión a ellos.
Pues bien, es así que estando en la Plaza Cataluña, de la CABA, Buenos Aires, Argentina; lugar que suelo frecuentar debido a que traigo a mi perro de paseo hasta aquí, es muy común que vea grupos de turistas que vienen con su respectiva guía turística (dos personas que de tanto ver ya conozco y que se alternan con los grupos cada día entre ellas) y que se percibe que dicha visita -a esta plaza- es parte de algún city tour peatonal, recorrido turístico, o algo así.
Es bueno que haya mucho afluente de turistas en todo momento del año y en todo país ya que el ingreso de dinero que se refleja finalmente en los gastos realizados por su visita es buen síntoma económico para la Argentina y porque si cada día llegan cientos de visitantes es porque queda claro que este país, en su ciudad cabecera y el resto de atractivos desperdigados por todo el territorio nacional, es un buen motivo para organizar una visita a estas tierras. Y como sabemos, esto se pasa de boca en boca y crece rápidamente siendo de esta manera una de las mejores formas de promoción e invitación del país.
Siempre que cuide, valore y proteja todo aquello que visita y conoce, bienvenido el turismo receptivo; y cuando veamos que no es así y que quienes estén de paseo por nuestro suelo en plan de turismo no respeten el lugar que están visitando (no suele pasar, pero siempre puede suceder) hagámoslo saber amablemente y con un sonrisa, para optimizar la estadía circunstancial de quien es turista y la permanente de quienes vivimos aquí.

(ANÉCDOTA PERSONAL FINAL: Estando de viaje en Europa, puntualmente en Praga, en República Checa; en un momento, rompí en pedazos y tiré un papel en el piso y un señor del lugar me indicó que estaba mal lo que yo estaba haciendo y que debía evitar volver a repetir tan feo accionar. Me lo indicó muy descortesmente y a los gritos, algo así como de forma muy ordinaria. Pero ese no es el punto. El hecho es que ante esto, avergonzado, quise levantar los restos del papel que estaban en la vereda y este hombre me indicó que no, que eso sería levantado por gente que trabajaba en la calle para eso (empleados del municipio local) y que por tal motivo yo no debía hacer esa tarea de levantar lo arrojado sino precisamente no llevarla a cabo en primera instancia nunca más.
Amén del mal momento por el destrato recibido de parte de esta persona -producto de mi mala costumbre de tirar todo al piso en ese momento- recibí un ejemplo de educación que si bien fue hace más de 10 años me marcó para siempre. Si bien me gritó (sería su forma de hablar, a lo mejor, quien sabe...) no me humilló haciéndome recoger lo que había tirado, sino que me indicó que eso lo harían después, otros; dándome a entender que el no volver a hacerlo no era por el él sino por el bien de la ciudad y de todos los que por allí andábamos, es decir, todos.
Nunca lo olvidé. Por eso recomiendo indicar amablemente ya que el maltrato nunca es justificable ni aceptable, acerca del cuidado de la ciudad para que sea un lugar agradable y acogedor para todos, visitantes y residentes.)

sábado, 13 de abril de 2013

Otoño.

Es el paisaje de este tipo de días, propio de esta estación del año, una sucesión de imágenes que se acercan a la calidez, si bien fresca aunque suene contradictorio, de las jornadas en las que el sol brilla con menos fuerza que en el verano que ya ha quedado atrás y donde las temperaturas van oscilando entre frías y moderadas para ir preparando a nuestro cuerpo para los tiempos que desde ahora en más comienzan a hacerse presente por estos lares del mundo.
Amarillo, marrón, anaranjado, colorado, y colores de este estilo van cubriendo nuestra visión al ir por la calle.
Colores poéticos si se quiere, que muchas veces van acompañados del característico sonido a hojas de árboles que se mueven en sus copas por el viento o que simplemente caen sobre la vereda frente a la imposibilidad de seguir manteniéndose adheridas al árbol que las vio nacer y crecer para ahora verlas marchitarse y caer.
Como decía, todo remite a poesía y melodía en este tiempo y es así que un cúmulo de hojas que en otra estación del año es suciedad que afea las calles, por estos días es color y fotografía característica del momento presente, y lindo por cierto, que vamos atravesando.

jueves, 11 de abril de 2013

Corte de pelo.

Partiendo de la idea de que a Sansón el corte de melena le provocó la pérdida -literal- de toda su fuerza, imaginemos de aquí en más todo lo que puede significar, según quien aborde la idea, un corte de pelo.
Es un tema muy complicado. Convengamos que cualquier corte, ya sea de un cabello corto o  largo, acarrea consigo toda una situación de estrés, además de la expectativa y natural alegría que confluyen en los momentos previos al mismo corte.
Posteriores desencantos o alegrías van a aparecer seguramente luego de finalizada tan trascendental labor y por este motivo es todo un tema y da mucha tela para cortar, definitivamente.
Es conveniente que dicha decisión se tome un día en el que quien vaya a llevar adelante una empresa de esta relevancia esté sereno y con la noción bien concreta de saber a donde apunta con su intención de someterse a un corte de pelo.
Es importante también encontrar un buen lugar donde confiar la cabeza para no pasar por terribles disgustos luego, una vez finalizado el corte y cuando ya nada puede hacerse más que lamentarse y arrepentirse, de haber sido una experiencia negativa hacerlo en tal o cual lugar.
A veces, y en relación directa a lo recién expresado, puede ser buena idea hacer el corte uno mismo, principalmente si quien lo va a hacer sobre sí mismo (valga la redundancia) es una persona arriesgada, que no teme al resultado y que además de esto tiene claro que es lo que quiere hacer y lograr  en su cabeza. Sería importante también que quien lleve adelante el corte en la propia cabellera no le dé tanta trascendencia a la perfección lograda y que sólo apunte a llegar "al puerto" que se pretendía con la finalización del corte.
El pelo, en definitiva volverá a crecer y antes o después podremos solucionar lo mal hecho y encaminar la idea o el estilo deseado.
Y si no crece, porque a veces llega el momento en que el terreno no sigue dando brotes -haciendo una metáfora acerca del débil o nulo crecimiento de cabello- lo mejor será ir acostumbrándose a la idea de que otros fueron los tiempos de pelos y peluquerías y que de ahora en adelante habrá que cuidar los pocos o muchos (pelos) que se tienen y en todo caso recurrir a costosísimos y extensos tratamientos capilares o a la famosa y popular peluca, o a su eterno compañero, el peluquín.

miércoles, 10 de abril de 2013

Las T.G.

Iba a titular
esta entrada
fotográfica
de dos edificios
de la CABA,
Las Torres Gemelas;
pero me dio
un poquito
de impresión.
No sé. Que se yo.
Por eso
preferí llamarla
simplemente
Las T.G.

martes, 9 de abril de 2013

Para no ver más imágenes tristes y agobiantes como éstas.

¿Cuál será el mal ímpetu o motivo egoísta que mueve a una persona o asociación, y posteriormente a los individuos de una sociedad, a aceptar quitarle la libertad a un individuo que siente y desea ser libre como todos los seres vivos del planeta?
Es injusto y desesperante para la media de los seres vivos ser privados de la libertad cuando nada malo se ha cometido y cuando el derecho a ser libres es algo inalienable de cada individuo.
¿Por qué entonces no contemplamos esta idea para otros seres, diferentes a nosotros los humanos, y los encerramos en jaulas, peceras, cajas de cristal, y demás recintos que lo único que hacen es alejarlos de su sitio natural, ese que les debería tocar para vivir y desarrollarse plenamente junto a otros seres de su especie y del resto de las especies vivas que merecen los mismos derechos que los seres humanos, por ejemplo?
Es injusto, repito, que nada se haga con respecto a la quita de derechos de algunas especies, la animal básicamente, y que todo lo malo y atroz como los jardines zoológicos, los acuarios marinos, y los circos con animales, entre otros lugares, se vean como algo normal, natural, pintoresco y aceptable.
Es trágico que la visión de la gente en el mundo entero tome este tipo de cosas como absolutamente normales, no hay derecho. Y ni hablar de los encierros previos a las torturas seguidas de muerte que se comenten sobre millones y millones de animales diariamente en los mataderos para transformar esos cuerpos asesinados en comida humana.
¿Es qué no se ponen a pensar quienes consumen un trozo jugoso de carne, jugoso por la sangre que brota de él, que esa fracción de cuerpo que se va a ingerir fue una vida que seguramente al momento de comerlo, de no haber sido por la aberrante costumbre arraigada desde miles de años en la humanidad, podría estar viviendo y corriendo feliz por algún escenario de la naturaleza, disfrutando de la vida, de su vida?
No, yo creo que no, que definitivamente no se ponen a pensar en todo este tipo de cosas que derivan del simple pero no por esto menos horroroso hecho de llevarse un pedazo de carne a la boca.
Quizás porque saben que nunca podrá pasar a la inversa, es decir que sean los animales quienes alguna vez puedan pretender comernos a nosotros -con estructuras organizadas como mataderos humanos, mediante- que ni se ponen a pensar en lo que significa ocupar su lugar (el de los animales) con respecto a nuestra desfavorable mirada sobre ellos.
Por eso, la libertad y el derecho a vivir en total armonía con el planeta y el resto de las especies es algo que la raza humana debería aprender basándose en la vida de los animales que nunca vulneran la de sus congéneres o similares, a no ser por las cadenas que en forma natural y sabia se operan dentro de la naturaleza y entre todos sus habitantes; pero naturalmente, y sólo así.
Es cierto que con el tiempo va creciendo el número de personas que se comprometen y apuntan a privilegiar los derechos de los animales, producto de interesarse y tomar conocimiento primero, y conciencia después, de que ellos nos necesitan y somos nosotros los únicos que podemos comenzar a revertir su suerte, esa suerte que fue echada por nuestra especie y que por lo tanto es a los integrantes de la misma a quienes nos corresponde volver a situarlos en un lugar de estima, amor, respeto e igualdad.
Ojalá que cada vez crezca en número y calidad el tamaño de personas adeptas a salvarlos -de una u otra forma- y que pueda frenarse tanto sufrimiento y dolor inaceptable, irracional e inmerecido; para definitivamente y de una buena vez por todas no ver más imágenes tristes y agobiantes como éstas.


lunes, 8 de abril de 2013

Esta cuadra, en este lugar.

Hay diferentes lugares que cada uno va atesorando en su interior y que al estar en ellos o simplemente pasar por allí, hacen que nos sintamos bien, disfrutemos de esos momentos que aluden a estos sitios, y valoremos esos instantes en los que podemos vivir eso que significa algo solamente para nosotros y quizás nada para los demás.
Hay una cuadra, una vereda mejor dicho, que a mi me encanta caminar cuando me encuentro en la ciudad de Mar del Plata que no tiene nada de particular ni de especial o atractivo a simple vista, aunque sea hermosa y así lo demuestre la foto que acompaña este relato, que para mi es bellísima y representa un momento agradable el pasar caminando bajo su espesa y frondosa arboleda (como suelo hacerlo cada vez que en esta ciudad me encuentre y saque a mi perro a hacer sus necesidades a la calle) además de evocarme a una cuadra de pueblo, o algo así (tampoco puedo ponerlo en palabras con una idea de forma totalmente acabada) por lo cubierta por follaje y vasta sombra, como pueden ver.
¿Será que me remite a frescura, a cuadra pintoresca o simplemente a que cuando la descubrí hace más de 1 década atrás sentí que era hermoso pasar bajo este manto de hojas verdes?
No sé. La cuestión es que amo esta cuadra, y pasar por ella sólo remite a un placer visual y emocional para mi y por esto, y sólo por esto, quiero compartirlo con quienes anden por aquí leyendo una o más de las entradas de mi blog.
En  este lugar, común y urbano, que cuando puedo andar por ahí siento una renovada armonía y satisfacción que hasta acá puedo explicar con palabras, paso breves pero buenos instantes. Lo demás, es simplemente cuestión de sentirlo o interpretar mi sentir.

domingo, 7 de abril de 2013

Veganismo. Camino de amor, compasión y total respeto por la vida.

Es el veganismo el camino del amor, la compasión y el máximo respeto por la vida, toda.
Tenemos presente quienes adoptamos esta forma de vida que somos los seres más afortunados al poder vivir libremente sin tener a nadie por sobre nuestra cabeza que digite nuestra vida y decida cuando arrebatárnosla o dejarnos seguir en ella bajo condiciones miserables e indignas. Lo sabemos.
Por esto nos involucramos directamente en ese sufrimiento que nuestros congéneres le proporcionan a nuestros hermanos animales y tratamos de evitar que esto siga sucediendo, comenzando por nuestro humilde aporte de cambiar el mundo a partir de nuestra opción y de nuestro ejemplo.
Por eso, si alguna vez se encuentran con algunas personas que quieran informarlos, comentarles o explicarles lo que realmente sucede a partir de las decisiones que los seres humanos llevamos adelante cuando decidimos comer animales, vestirnos con sus pieles o visitar diferentes tipos de espectáculos que los tienen como parte de la oferta de atracción, deténganse, escúchenlos y traten, al menos una vez, de ponerse en el lugar de estos pobres seres que han sufrido el infortunio de ser equivocadamente dominados por quienes en su desidia de creerse superiores les hacen daño y sólo llevan tormento a lo poco (o mucho) de lo que vivan en sus acotadas y esclavistas vidas, hasta que les llegue la muerte que cierra el más espantoso ciclo que pudieron atravesar; cuando en realidad tendría que haber sido todo lo contrario y deberían haber disfrutado de los escenarios naturales en los cuales deben estar y de los cuales nunca deben ser sacados, permitiéndoles de esta manera desarrollarse y vivir plenamente, junto a sus familias (como lo hacemos nosotros, los seres humanos) en total libertad, felicidad y tranquilidad.
El mundo va evolucionando y gracias a ésto, cambiando; aunque de manera lenta y muy tardía en muchas ocasiones, pero cambia. Por eso hay que quedarse con esta idea esperanzadora y hermosa de que alguna vez, finalmente, todos los hombres y mujeres que habitan el planeta tierra comprenderán que la violencia y la injusticia no llevan a ningún camino más que al de volverse tristemente inmutables frente al sufrimiento ajeno (de especies ajenas a la nuestra), algo aberrante e inaceptable que debe ser frenado urgentemente para poder sentirnos todos, sin excluir a ninguna especie de seres vivos con sistema nervioso, seres afortunados de llegar a este mundo.

sábado, 6 de abril de 2013

Verdad absoluta.

"Y todo lo que hacés
por obligación,
se lleva la alegría
de tu corazón".
(El cuarto de al lado, Rodolfo; Fito Páez.)

viernes, 5 de abril de 2013

Un desatino del Pepe. Una pena.



Tras el temporal. Estas son horas de hechos, no de palabras.

Todo este triste episodio del temporal acaecido durante el último fin de semana largo por el feriado de Pascuas y del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, que tiene en vilo a gran parte del país, sino a todo, es una muestra de la fatalidad que puede provocar la naturaleza cuando no se hace mucho en una gestión de gobierno -haciendo referencia al metropolitano específicamente- para estar un poco preparados y enfrentarla, por un lado; y también de la respuesta que obtienen los damnificados por parte de sus gobernantes, en este apremiante momento, por el otro.
Que se puede estar preparados (al menos un poco más de lo que se estaba esta vez) y disponibles para hacerse presentes en el lugar o los lugares donde azota el temporal, eso es algo que ni debería ser tema de discusión o debate, pero resulta que la ausencia evidente y la lejanía física y emocional que se vio por esas horas de parte de muchos de los principales políticos que deberían haber estado al pie del cañón desde la primera gota de lluvia que cayó, dejó nuevamente mucho que desear para los protagonistas de esta catástrofe climática y para todo el pueblo argentino que, conmovido y abatido por lo sucedido e indignado y molesto por la respuesta que dio el gobierno metropolitano de la CABA (que aún queriendo justificarse no reconoce no haber estado a la altura de las circunstancias), nos sentimos burlados y ofendidos otra vez con el accionar y la actitud de su máxima autoridad, en este caso, el jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el ingeniero Mauricio Macri.
Por parte del gobierno nacional, nuestra presidenta, la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, se aproximó hasta alguno de los lugares que peor suerte corrieron para involucrarse, sin mayor seguridad que la de estar acompañada por un número de personas que los visitaron también junto a ella, y a pesar de desoír consejos de quienes la custodian y velan por su seguridad; demostrando con este gesto de estar ahí, con el pueblo, que hay momentos en los que no es tiempo de foto, discurso o campaña sino de hechos concretos, así sea el simple gesto de estar escuchando y mirando a la cara a quien tiene la necesidad de sentirse escuchado y tenido en cuenta ante la pérdida parcial y principalmente total de todas sus pertenencias y posesiones materiales.
Hay que contemplar en apartado especial a las víctimas fatales que sumaron más de 50 hasta el momento y que así hubiera sido sólo una, ya estaría indicando que algo no está debidamente contemplado en las obras y cuidados puestos a disposición de la población a través de ellas que "se dice que se hacen" y que tanta inversión y presupuesto requieren -en teoría- para llevarlas a cabo, sabiéndose luego que muchas de esas partidas de dinero aceptadas para tales empresas (obras) comienzan siendo derivadas para otras de menos importancia y urgencia, quedando obsoleta la implementación de las que en realidad se necesitaba dar comienzo.
Son días aciagos para una parte considerable de la población y para el resto de los argentinos que sentimos la desesperación que se transmite en cada imagen, pedido de ayuda y lamento de las víctimas.
Es perentorio que quien posee las facultades para dar respuesta concreta a este desesperado presente que les deja el temporal a muchos argentinos las dé en forma urgente, dejando atrás discursos y reclamos políticos ya que definitivamente éste no es momento de hacerlos.
Estas son horas de hechos, no de palabras.

jueves, 4 de abril de 2013

Al 100%. Se es en todo o no sirve.

Por generosidad de mi pareja que quiso regalarme un par de zapatillas que me gustaban, sólo porque de verlas expresaba (yo) que eran muy lindas, me vi en la disyuntiva de tener que hacer lo que mi corazón mandaba con respecto a algo que pregono y aplico (mientras sea consciente de ello) en mi vida al 100%.
El tema es que el modelo de zapatillas que me obsequió es uno que además de contener algodón como parte de su capellada también tiene otro tipo de material que yo creí sintético hasta que leí y descubrí que era descarne, o cuero de vaca.
Aquí fue que en ese preciso instante, al descubrir que el calzado llevaba consigo restos de la piel de un cuerpo que fue seguramente mutilado para tal fin, o al menos matado bajo condiciones que suponen todo lo malo, feo y atroz que podamos imaginarnos con respecto a este tipo de desenlace que tiene lugar, valga la redundancia, en un sólo lugar: el matadero; no pude menos que rechazar dicho presente, aceptando cambiar esas zapatillas por otras que no implicaran sufrimiento animal para su armado.
Si bien podríamos decir que no fue una prueba personal el hecho de rechazar un producto de este estilo, para mi que ya vengo manteniendo esta forma de vida que alude al veganismo y a la lucha contra el especismo en cada cosa que haga, use, ingiera o tenga que ver con mis elecciones, sí lo fue en el aspecto de tener que, de una manera u otra, desairar el obsequio de mi novio rechazando en definitiva su presente; algo que hizo surgir en mi la necesidad de compartir esta experiencia en mi blog; experiencia que si bien no era necesaria para saber que me encuentro comprometido e inmerso en el mundo compasivo y solidario de todos los que consideramos a los animales dignos de los mismos derechos que los seres humanos fue una mini batalla más conmigo mismo, ganada, que si bien me dejó en su momento un poco abatido por tener que mantenerme intransigente con respecto a la decisión adoptada, aún a costas de herir susceptibilidades ajenas, pude hacerlo sintiéndome finalmente reconfortado y satisfecho conmigo por no hacer otra cosa más que lo que correspondía hacer.
Después de todo mi pareja me entendió en todo momento, ya que a pesar de no compartir en su totalidad mi forma de vida nunca me significa una resistencia a llevarla a cabo; así que el momento que comenté pasó a ser algo anecdótico finalmente, que dejó en mi una fortaleza aún mayor en mi forma de vida y en las decisiones que llevo adelante con respecto a ella.