sábado, 28 de enero de 2012

La Soledad.

La soledad. ¿De qué va la soledad? ¿Qué onda? ¿Dentro de que lugar la encuadro? ¿Un estado, una sensación, una realidad, un momento...?
Creo sinceramente que muchas personas, todas en realidad, han atravesado alguna vez en sus vidas esas horas donde se han sentido completamente solas, amén de contar con alguna compañía y aunque ésta con su presencia, literalmente, hiciera que esa persona no estuviera sola.
Atravesamos diferentes tipos de soledad a lo largo de nuestra vida y está en nosotros aprovecharlo para sacar frutos de ella ya que bien usada podemos lograr hallar respuestas, encontrarnos a nosotros mismos o simplemente descansar del "ruido" que a veces implica estar con alguien. También está en nosotros poder escaparnos de ella logrando que no termine por entumecer los días, las etapas o los tiempos en donde se hace presente e intenta instalarse.
La soledad, esa soledad que mal entendida a veces, en primera instancia causa desasosiego, angustia, abandono y que tanto puede llegar a oprimirnos el corazón.
Esa misma soledad a la que por otro lado uno se va acostumbrando y a la que con el tiempo se la lleva de una manera tolerable comparado a como pueden llegar a enfrentarla y asumirla personas que recién estén comenzando a vivirla y transitarla.
Quizás me sienta sólo y por eso broten de mi estas palabras casi sin pensar demasiado en los conceptos e ideas que voy vertiendo en esta entrada, pero no estoy sólo, claro que no. Tengo un magnífico compañero de la vida que es mi perro, mascota, amigo y a estar altura mi hijo, llamado Boro; pero abocando a la idea de la soledad que traspasa la compañía en determinados momentos de nuestra vida, quizás hoy si me sienta solo. Quizás, en todo caso, hoy sienta que Boro y yo estamos solos. Y, siguiendo con la idea que venimos manejando, solos pero acompañados a la vez en esa soledad más grande y más compleja.
Si, si. La soledad que desde siempre aparece en la vida de todos los habitantes de este planeta, ahí está y ahí seguirá estando, siempre.
Seguramente la soledad aparece y se hace notar para demostrarnos en determinados momentos que de una u otra manera es necesario que aparezca; y que de no ser así, y recurriendo a las herramientas que cada persona considere oportunas, se la podrá combatir, alejar y sacar de la propia vida hasta que "ella" vuelva a golpear a nuestra puerta.