miércoles, 24 de mayo de 2017

2666. ¿Por qué este título?

Yo he leído 2666 recién ahora, en 2017, es decir un tiempo prolongado después de su primera edición (2004), y realmente me quedé pensando varios días acerca del título que daba nombre a la obra póstuma de Bolaño y de lo que habría querido significar él con éste y lo que llegué a figurarme finalmente (aclaro lo de figuración ─personal─ debido a que es un desenlace propio sobre este supuesto que muchos manejan, acerca de la presente denominación de la obra) fue que tenía que ver con algo caótico, en primer lugar, que por otra parte se ve en cada segmento de la novela donde (el caos) de una u otra manera sobrevuela las páginas a cada momento, caos que tiende a mostrar el desarrollo del mundo contemporáneo, y hacia dónde va dirigido su rumbo, a partir ─y en continuación─ de todo lo que sucede en un presente poco menos que siniestro desencadenado por un pasado no menos tortuoso y mortuorio o pestilente de la humanidad ─toda─, se ubique donde se ubiquen sus protagonistas temporales ─México, París, España, Italia, Alemania, EE.UU, etc.─, todo esto por un lado; y además, por otro lado, al hecho de apuntar decididamente a desconectar al lector de la premisa, tan inherente a cada lectura, de la asociación continua a un epíteto con respecto a una obra, algo que debería olvidarse al momento de comenzar a transitarla para otorgarle el sentido genuino y puro a lo leído, desprendido de cualquier idea preconcebida que podamos hacernos a partir de algo tan efímero como una denominación. En definitiva, el título deberá volar en la imaginación de cada lector que, en teoría, se encontrará en el mismo lugar ─al momento de pensarlo y significarlo─ del comienzo (antes de abrir el libro) cuando termine la novela. Eso fue Bolaño, precisamente, entre tantas cosas más por supuesto, a mi humilde entender; marcador de parámetros a seguir que renueven el acto de leer y de quedarse con una historia dentro de uno, partiendo y finalizando ─y continuando─ con su título, tan intrascendente, en esencia, y a la vez tan absoluto.

viernes, 12 de mayo de 2017

Hipótesis. Suposiciones. Supuestos. ¿Qué otra cosa puede hacerse?

Cuando hay una situación no resuelta en alguna persona, sea ésta situación del estilo que sea, siempre se va a materializar en algo negativo para ella, al menos negativo ante ─algunas─ otras personas, esto es un hecho; y algo que también lo es, y tiene que ver con el mismo hecho que trascenderá a esa persona e involucrará a otras que la estiman, es que ésta acoge la solución de no dar lugar, ni siquiera por acostumbramiento o mero vínculo, a un encontronazo que pudiera ponerla en evidencia ─tan solo ante ella misma, quizás─ de ese motivo que en su vida la supera y la obliga a tomar distancia con una postura de negación, por el simple hecho de no poder asumir y dar con eso de lleno.
¿Y en qué lugar se encuentran, o qué lugar vienen a ocupar, esas personas que estiman a la del tema no resuelto? En el de sentirse separadas y aisladas de ella por el único motivo de que estas terceras personas sí han asumido algo ─eso mismo, sin dudas─ que la primera no pudo y que, por tal motivo, antes de seguir interactuando con quienes sí lo han hecho prefiere olvidarlas y seguir en otro plano su vida de relaciones y vínculos, para que nada ─ni por mera casualidad o contexto─ las lleve a cuestionarse nada de nada. Jamás.
Esto es al menos lo que pueden suponer las terceras personas, aisladas de los vínculos de ésta primera. Simple. Elemental, podría decirse. Seguro, sin temor a equivocación, esa debe ser la hipótesis más cercana a la veracidad en la explicación de un proceder tal que, cuando no ha mediado nada malo entre la persona en cuestión y las otras ─esas que son dejadas de lado en el mero vínculo de relaciones normales─, relega a estás otras por sobre otras más que, teniendo una mirada muy obvia y general (a la vez que snob), son iguales a la protagonista en alguna de las tantas formas de ser ─y elegir ser─ de las personas.
Cosas de las relaciones humanas, por cierto, tan complicadas y vastas en su abanico de presentaciones; pero que vale la pena decir ─aclarar─ que suelen ser más complicadas, muchas veces, en unas personas que en otras que, finalmente, eligiendo ser auténticas pueden estar aquí o allá sabiéndose libres ante el hecho de que nada podría interferir en su relación con el mundo ─con cualquier otro ser─ porque cuando se es quien se desea nada puede frenar ni obstruir el hecho de no andarse con cosas extrañas, que desplazan cualquier tipo de conducta normal y cotidiana, que no pueden ser entendidas completamente sino es a través de una suposición encumbrada tan solo para intentar deducir, un poco al menos, toda esta maraña que viene a significar relacionarse humanamente.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Solo se trata de no agrandar cosas sin importancia.

Muchas veces uno se encuentra afligiéndose, o al menos sintiéndose abatido, por alguna cosa que no merece la menor importancia, teniendo en cuenta lo que realmente reviste su foco de atención además de lo que viene a significar para la propia vida, una vida que siempre debería aspirar en todo momento a dar a cada cosa su verdadera trascendencia.
Por eso hay que tratar de hacer foco en las cosas, o mejor dicho, en los seres verdaderamente importantes que se tiene alrededor y que hacen que la vida no deba reparar en tales cometidos que llevan a sentirse mal para de esta manera, por tal motivo, seguramente lograr, volver a sentirse bien, sonreír y saber que lo demás siempre tiene solución o al menos siempre se puede intentar darle una.
Y se debe sacar de cada experiencia traumática (en definitiva sentirse mal, aunque sea de gusto, es traumático siempre que se tenga en cuenta que uno deja de estar y sentirse bien por algún motivo externo y eso lleva ─se lo quiera o no─ al trauma momentáneo o pasajero pero trauma al fin) algo que sirva para afrontar la próxima. Y aunque en la siguiente desventura de este tipo uno quizás se vuelva a sentir mal a priori, como un mecanismo inconsciente de reflexión ante lo que sucede, hay que saber que enseguida volverán las imágenes y opciones encontradas en la superación de la desazón anterior y entonces todo volverá a estar bien nuevamente.