Hoy sufro porque despido a mi hermosa, viejita y dulce mascota llamada Pía. Una perrita que encontré hace más de 21 años atrás misionando con un grupo parroquial de mi ciudad natal en una casita muy humilde de donde vi salir -literalmente- una bola blanca de pelos que rodaba (corría) por un patio de tierra. Fue en ese momento donde me enamoré de esa bola peluda blanca que con el tiempo, y producto de aparecer con ella en mi casa así de la nada, pasó a formar parte de mi familia y fue una excelente y fiel integrante que nunca causó ningún problema y ni mordió a ningún otro perro o persona jamás. Una dulce. Un placer.
Ella, "La Pía" como le decíamos siempre en casa de mis viejos, ahora se fue, viejita, con sus achaques y dolores; pero más allá de eso, se fue.
Descansa tranquilita seguramente en un lugar de perros que parafraseando una frase de Will Rogers repito y proclamo para mi en este momento: "Si los perros no van al cielo, cuando muera quiero ir a donde ellos van"; y deseo que esté mimada en retribución de todo el amor que ella nos dio y dejó en su paso por nuestra casa.
Hubiese sido egoísta querer mantenerla con nosotros ya que se la veía débil, alejada y muy muy apesadumbrada. Por eso si se fue, ella solita, sin la necesidad de recurrir a ninguna ayuda de nuestra parte, es mejor que así haya sido.
Hay un solo recuerdo que me hace llorar al pensar en ella en este momento, además de todo el dolor que me provoca vivir estas horas en las que comenzamos, cada integrante de mi famila a su modo, a caer en la cuenta de que Pía ya no está; y lo voy a compartir para sacarme ese dolor y poder relajarme un poco más.

Pía, mi querida, mi chiquita Pía, qué suerte que pasé a visitarlos el viernes pasado y pude abrazarte, darte besitos y decirte que te quería y que entendía que quizás estabas cansadita y que por tal motivo yo, Facu, quien te había encontrado, elegido y llevado a casa, iba a tratar de entender que las cosas tuvieran el desenlace que fuera en definitiva el mejor para vos.
Mi Pía, te voy a extrañar y como nunca se está lo suficientemente preparado para este tipo de partidas, voy a sentir tu ausencia seguramente en estas próximas fiestas cuando vaya a casa, a tu casa, y no te vea debajo de alguna cama o yéndote a dormir al lavadero al finalizar el día.
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