miércoles, 27 de abril de 2016

Sí, existen.

¿Que si existen cosas que distancian a dos personas aunque no tengan que ver directamente con ellas sino con contextos externos y terceras personas que, aunque podríamos aventurarnos a decir que no lo hacen a propósito ─sería lo ideal pensarlo así─, ayudan a ese distanciamiento? Sin dudas que existen.
Es tan amplio y puede ser a la vez tan específico abordar este tema que es preferible generalizar la noción para que cualquiera pueda sentirse identificado en ella y a la vez no identificar a nadie.
Porque siempre va a haber motivos concretos para que dos personas se alejen y se sientan un poco más separadas que antes y éstos no necesariamente van a partir siempre del seno de estas dos personas, cualesquiera que sean.
Es pertinente que si se está tirando y avanzando en una misma dirección, compartiendo y tratando de ir caminando ─más o menos─ a la par, todo lleve a sentir igualdad en ese aspecto en donde ambas partes brillan por igual sin tener la necesidad, una de ellas, de ser siempre la agraciada con el máximo esplendor ─del brillo, se entiende─.
Porque cuando todo se desnivela y se descontrola marcadamente es ahí donde aparecen las diferencias que cuesta sortear y hacer de cuenta que no saltan a la vista, ni se notan, ahora sí en el seno de esas dos personas.
Porque haciendo una reflexión realista acerca de los terceros ¿qué va a importarles a ellos lo que sus actos puedan provocar sobre otros, cuando esos otros ni existen en su escala de valores y de personas a tener en cuenta o a contemplar ante acciones directamente ejercidas por ellos?
La vida es así, preocupate por vos y no te olvides que los demás nunca van a preocuparse por nadie más que no sea ellos mismos o los pocos que realmente les interesen. Hace tiempo entendí que de eso iba la vida.
Y porque quizás uno trate de no perjudicar a nadie con sus actos, propios movimientos y decisiones, es que no puede dejar pasar por alto cuando desde otro lugar ─desde otras personas/"terceros"─ esto no se aborda de la misma manera y esa otra gente viene a determinar movimientos y contextos propios (ahora sí, de uno y no de ellos) en lugares para los que no tendría que representar ningún factor determinante. Dicho de otra manera: cuando otra gente influye (repito, quizás sin saberlo, pero agrego, pudiendo haberse dado cuenta lo que generaría con su acción específica) en lo propio y lo de ésa persona más próxima a uno, provocando una grieta entre ambos.
Todo es parte de la vida, lo sé, pero aveces cansa, y otras aburre; y siempre viene a representar un hito negativo, que sumado a otro hito anterior, a otro, y a otros más, nada bueno determinan si se los observa detenidamente intentando hacer algún tipo de reflexión para poder continuar.
En fin, de adversidades también está hecha la vida y quizás sea cierto eso de que siempre deban estar ahí para fortalecernos y marcarnos el camino; porque como dijo José Ingenieros: "A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso."

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