jueves, 5 de diciembre de 2013

Este soy.

Yo generalmente a las cosas las enfrento solo ya que se pueden decir muchas palabras pero lo que importa es la acción concreta en el momento que se necesita y no las bla bla bla. Por otro lado uno espera muchas veces el apoyo, o ese estar, de partes específicas y no de las que de corazón y amablemente muchas veces se prestan para bancarlo a uno; partes que uno agradece también de corazón pero que no llegan a significar lo que las partes que uno desearía significan. Y no es una cuestión de desprecio sino simplemente una de sentimientos que, valga la redundancia, sienten y te condenan a sentir eso.
Por eso yo amo y valoro tanto a mi perro, ese labrador simpático y adorable llamado Boro que ven en la foto a mi lado aunque ya muchos conocen que vive junto a mí todas las cosas que vivo, que por cierto, como le sucede a cualquier persona, son muchas.
Y yo me banco en soledad, o mejor dicho nos bancamos en soledad compartida, mi Boro y yo, todo lo que nos pasa, estando solos, obviamente; pero también estando en compañía, cuando algunas veces seguimos estando solos.
Y no es que yo sea alguien especial o algo así. Soy un tipo que se amolda a los demás (mientras sea soportable la situación y más allá de esos límites también) y soy el que prefiere callar para dar por terminado un pleito, o el que se conforma con lo simple de la vida para vivir pleno y feliz; lo que no quita que también disfrute de las cosas que todos pueden llegar a disfrutar, como por ejemplo viajar o alguna cosa que excede lo frugal de una existencia abocada a la sencillez.
Más o menos eso soy y por eso podrán ver muy seguido comentarios y publicaciones en mi red social Facebook o Google+ que aluden a cosas que vistas con ojos muy selectivos o exquisitos pueden parecer boludeces o directamente idioteces pero que para mi alimentan esa parte de la vida personal que quienes la ven como les decía seguramente no cuidan, ni cultivan. O al menos no tanto.
Vivir es para mi un trámite que debe ser sencillo y placentero ya que las cosas que deban suceder se presentarán en tiempo y forma sin lugar a dudas, a menos que trabajemos para que todo pueda darse dentro de un contexto distinto que aluda a un camino diferente (nuestra vida) por lo cuidado y mantenido que lo tengamos. Dicho de otra forma, lo preparado que estemos para poder dar respuesta a momentos que salgan de esa apacible cotidianidad.
Y por eso, si bien enfrento y enfrentamos solos (con Boro) ese tipo de cosas para las que el dinero y todo aquello que se plasma en lo material no vienen a significar nada con respecto a esa caricia al corazón que se necesita, creo que esto nos deja una enseñanza y forma de ser y movernos en la vida que nos hace ser como somos; tan unidos, pegados e inseparables. Y esencialmente hablando de mí, me hace ser la persona que pueden ver a través de este blog o del otro que tengo llamado MI BORO Y YO, o de la red social en la que me encuentren, compartiendo siempre desde la autenticidad y la honestidad lo que considero importante para afrontar la vida.

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