jueves, 2 de junio de 2016

Quien quiera entenderlo, ¡Felicidades!

Quizás fue releyendo algunas entradas de mis blogs, éste mismo y Mi Boro y Yo, que pude darme cuenta que quizás estaba sonando contradictorio entre algunas entradas al pregonar, siempre que me surge, la idea de que mi vida y mi mismo ser están orientados hacia la felicidad que vivo continuamente en este tiempo presente que me tiene como protagonista.
Y digo que podía sonar contradictoria la idea al encontrar también, principalmente en éste blog ─no en Mi Boro y Yo donde todo es sólo muestras de amor y felicidad puras por el hecho de estar compartiendo la vida junto a un perro que ha venido a completarme y colmarme de todo lo que yo necesitaba─ temas como la frustración, el dolor, la tristeza (¿opuesta a la felicidad o parte vital de ella?) y cualquier otro que lleve a momentos de angustia antes que a los de la plena alegría.
Pero es que de eso se trata la vida feliz ─al menos así lo he sentido, vivido y entendido─, la del presente feliz que engloba no un camino alfombrado de rosas y perfumadas flores sino uno de diferentes escenarios y momentos que vienen a formarnos en alguien que sabe que se camina para estar y que por eso mismo se es feliz.
Simple. Aunque quizás no se entienda del todo, y como quiero que se comprenda bien trataré de ser más simple y más escueto en la formulación de ideas y palabras.
Se está muerto ─sin ninguna otra connotación de contexto o idea que la de ya no ser─ o se está aquí, andando; y por tal motivo, predisponiéndose orgánica (comidas, ejercicio, cuidados, etc) y mentalmente (lecturas, reflexiones, música, etc), se puede ir por un camino que sea de absoluta felicidad porque todo es y se va dando como nosotros deseamos y así lo vamos predisponiendo ─consciente e inconscientemente─ para que se dé de esa manera.
A ver, simplifico todavía más la cosa limpiando la oración/idea para hacerla "visiblemente más simple":
Se está muerto o se está aquí, andando; y por tal motivo, predisponiéndose orgánica y mentalmente, se puede ir por un camino que sea de absoluta felicidad porque todo es y se va dando como nosotros deseamos y así lo vamos predisponiendo para que se dé de esa manera.
Ser feliz no es ni una obligación, ni un derecho. Ser feliz es justamente eso: Ser; llegar a ser, nacer, eso es. Ser para la felicidad. Ser para ser felices.
Quien quiera entenderlo, ¡Felicidades! Y quien no quiera, o no pueda, realmente intentaré (si alguna vez tendría la oportunidad de cruzarme con este ser) desearle que sea feliz en alguna de las tantas formas que podemos elegir para serlo, porque una vida triste debe ser muy desdichada y digna de toda compasión, misericordia y solidaridad.

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