lunes, 17 de octubre de 2011

La agresión.

Muy a menudo no se puede neutralizar la agresión, así uno se blinde por dentro y por fuera, sencillamente porque la otra parte no da una tregua racional ni en el diálogo siendo además la otra parte también la que endilga al actuar propio lo que en realidad está aconteciendo en el suyo.
Son varias ideas, lo sé, pero lo cierto es que cuando se ha probado todo en métodos de protección personal, y no hablo de protección física sino espiritual y emocional en forma exclusiva, a veces uno se da cuenta que lo que en otro momento parecía funcionar y no "afectar" ahora no está dando el mismo resultado.
Son etapas quizás en las que por diversos motivos externos puede ser que nos encontremos más sensibles a ser vulnerados y es por eso que no hay que bajar la guardia y saber que uno debe operar desde adentro la auto protección para que posteriormente funcione y no suponga un esfuerzo consciente sino algo internalizado que se va a dar cuando sea necesario, inconscientemente.
A medida que avanza la vida y según las circunstancias que nos toque vivir podemos ir avanzando en el hecho de estar preparados para enfrentar de manera efectiva los golpes de las diferentes situaciones que atravesamos ya que hay hechos que no podrán evitarse y se irán dando en algún momento, pero con respecto a los otros, a los que en cierta forma uno "elige" seguir soportando por tiempo indeterminado al menos en la etapa en la que se tiene conciencia de ellos y no se hace otra cosa para evitarlos más que prepararse y "entrenarse" para sortearlos eficientemente, lo mejor sería, o mejor dicho "ES", deshacerse del problema por el canal que sea necesario para que no represente un constante inconveniente en nuestra (atormentada por momentos) vida.

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