lunes, 20 de febrero de 2012

Felicidad.

Cada tanto me doy cuenta que propago desde mi discurso la felicidad, sencillamente porque estoy en la constante búsqueda de alcanzarla, en ese camino que uno comienza a transitar desde que nace, a diferentes escalas por supuesto cuando se es niño, adolescente y finalmente adulto, pero que siempre se permanece en esa tarea que nunca termina, sino hasta el día en que dejamos esta vida y, con mayores a menores momentos de felicidad, damos por terminado nuestro peregrinar por acá.
Dicho desde otro lugar: digo que soy feliz pero no, no lo soy, sino que intento llegar a serlo y sabiendo que ese intento nunca tendrá un puerto de llegada y que sólo se constituye por diferentes momentos de mayor o menor intensidad y duración, es que ya me siento feliz porque después de todo estar en la búsqueda es lo que ya nos transforma en miembros de ese grupo que aspira a ser eso que ya siente que es y que continuará buscando por siempre.
Quien no intente ser feliz y desee vivir una vida triste, opaca y miserable, adrede o sin proponérselo, porque sencillamente ni se interese por este tema puntual de la felicidad en la vida, quizás pueda considerarse como alguien que no es feliz, sí; alguien "no triste" sino sencillamente sin esa luz y brillo interior que nos da el camino de estar en esa tarea imparable de ir tras ese estado anhelado e ideal.
Y quizás seamos los que podamos considerarnos los más emotivos, sentimentales y hasta tristes quienes buscamos y andamos en el camino de la Felicidad ya que al estar en ese andar seguramente nos permitimos más la emoción y lo sensible de la existencia que siempre hacen tanto bien para arar el camino que pase por el campo de nuestro corazón, haciéndolo más dócil y bondadoso, como un motivo más de ayuda para hallarnos en esa senda que tanto nos convoca y nos llama.
Sigo buscando entonces la felicidad y me doy cuenta por tal motivo de que me falta mucho para poder escribir la entrada de mi blog que me anuncie como un ser que tiene la mayor parte de los días de su vida felices. Los tengo sí, y a diario, lo sé; pero también se me entremezclan con los otros días que se confunden con tristeza, desasosiego, decepción, frustración, dolor, impotencia y tantas otras cosas que pareciera que están en el opuesto del camino de la felicidad pero que sin embargo podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que forman parte vital de este camino y que a través de su tránsito por éstas estepas un poco áridas y desoladoras, nos acercan un poco más a esa meta esperada, que recordemos que nunca será alcanzada definitivamente y que seguiremos día tras día en pos de ella, toda nuestra vida.
¡Qué bueno estar en el camino entonces!! Lo celebro y me alegro!!
Espero tener al final de mis días más momentos en los que haya estado cerca del ideal de Felicidad que buscaba que los que haya estado lejos, y que mi balance de este estado que engrandece el corazón de las personas y tan bien nos hace sea positivo y me deje un buen saldo final como coronación de una vida en continua búsqueda de ella.
Otra vez: ¡Qué bueno estar en el camino!! Me siento Feliz de tener estas ganas y ubicarme en este lugar de búsqueda e intento de llegar a sentirme cada día mejor, más Feliz.

No hay comentarios: