miércoles, 22 de febrero de 2012

Tragedia en Once. Ahora, más de lo mismo pero sin soluciones a futuro.

Ahora hay y seguirá habiendo en los próximos días miles de debates, hipótesis y demás artilugios que tiendan a tratar el tema en vigencia y que sólo serán llevados a cabo para ocupar horas y horas de diferentes programas que en realidad poco van a influir para el mejor funcionamiento a futuro de los servicios de transporte público, en este caso.
Es el accidente en sí el que puede llegar a provocar, mediante su magnitud y consecuencia, un cambio o una puesta en relevancia que conlleve un cambio a futuro, pero es triste que siempre, después de que se suceden estas tragedias, se le ponga atención desde los medios de comunicación y desde los diferentes sectores de la sociedad civil y política a este tipo de fallas que se repiten a diario en más de una empresa de transporte y sus formaciones.
Todo lo que se diga por estas horas va a ser presa de diferentes reacciones y sería bueno mantener la calma al momento de abordar las discusiones sobre este accidente; pero es imposible pedir mesura ante tanta muerte e irresponsabilidad de algunas empresa, entidades o personas que la justicia se encargará de encontrar y (esperemos) condenar para que no tengamos que volver a amanecer con este tipo de noticias que sería urgente que no se repitan.

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