sábado, 25 de febrero de 2012

Plegarias, ¿a quién y a dónde?

Cuándo se quiere elevar una plegaria y no se es seguidor, feligrés, discípulo o perteneciente a una corriente religiosa, ¿a dónde elevarla?
Yo particularmente elevo mis pedidos, agradecimientos y demás temas, a Dios, pensándolo como alguien que me ayuda y me escucha en cualquier situación, y despojándolo de toda institución y jerarquía terrenal que sólo ensucia mi idea de que existe una energía superior a mi que puede acompañarme en diferentes momentos de mi vida.
Momentos duros y difíciles, claro; y por eso el hecho de agradecer cada tanto, en las buenas rachas, ya que el ser humano agradecido, a todo nivel y con todos sus semejantes, es más íntegro.
Pero están aquellos que carecen de toda creencia o enfoque hacia algo superior e inentendible y es ahí donde me cuestiono que pasará con ellos en momentos de adversidades personales y de que fuerza se aferrarán para enfrentar dichos malos tiempos.
Esos mismos que pueden ser muy exitosos en su vida y que es ahí donde también me cabe la pregunta de si serán agradecidos. No sé a qué o a quién, ya que eso sería un tema de estas personas, pero ¿serán agradecidos por todo lo bueno que les pasa, que se han ganado, o que tienen y les llega afortunadamente en sus vidas?
Es así, en la variedad de gentes que habitamos cada lugar del mundo está lo que nos hace un grupo único de personas que vamos compartiendo distintos momentos de nuestra vida y que si vemos que andamos semejantes en pensamientos, orientaciones espirituales y sensoriales y demás detalles personales, permanecemos relacionados y si no, nos alejamos. Es parte de la vida.
Estos son sólo cuestionamientos que me surgen cada tanto y que aparecen frente a situaciones en las que yo elevo una plegaria y experimento en mi interior que me ayuda y me contiene para enfrentar diferentes situaciones que tengo por delante.

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