miércoles, 11 de abril de 2012

Es hora de ponerse a pensar en esto.

Si me pongo a pensar en la matanza y tortura indiscriminada que los hombres le damos a los animales que consideramos desde tiempos abismales como fuente de nuestra alimentación, siento una sensación mezcla de asco, bronca, impotencia y dolor.
Yo me incluyo dentro del grupo de quienes masacran la vida de estos indefensos seres que ningún mal nos hacen y ninguna amenaza representan para nuestra vida simplemente porque pertenezco a la especie humana. Pero hasta ahí. Nada más que hasta ahí ya que hace un tiempo me he dado cuenta de que estaba siendo cómplice de ese verdadero holocausto diario y sin otra necesidad que la de ser justo y tratar de hacer de este mundo un lugar más justo para todos los seres vivos que en él vivimos dejé esa vieja costumbre que sostenía, inculcada por esta sociedad que ve en la carne y sus derivados todas las vitaminas y proteínas necesarias e indispensables que nuestro organismo necesita para poder vivir no admitiendo que justamente son las que mejor le harían a cada organismo si prescindiera de ellas.
Y la fea sensación que me invade va más allá del tema de la alimentación ya que sin ir más lejos en busca de ejemplos no comprendo como hay gente que siga adhiriendo a la moda (¿?) de usar abrigos y prendas confeccionadas con pieles de animales. ¡Qué horror! Si se pusieran a pensar al menos 1 minuto en lo que el armado de esa prenda que luego usan significa para el o los animales que tienen que proveerla, creo que no podrían ponerse después esa ropa sin sentirse un poco injustos y avergonzados de llevarla encima.
Las carteras, los bolsos, las pulseras, los zapatos, los sombreros y los gorros, los pantalones, las chaquetas, los chalecos, las camperas, los sacos y el enorme abanico de opciones de objetos para vestir hechos en cuero es infinito tanto como la cantidad de usuarios que esperan encontrarlos en las vidrieras para adquirirlos y llevarlos feliz y orgullosamente sobre sus cuerpos. Pero, ¿se pondrán a pensar que en muchas ocasiones ese cuero que están llevando encima del propio fue arrancado masacrando a una víctima animal que hasta pudo haber estado viva mientras la despojaban de su piel? ¿Y en el dolor ajeno, ese que estos animales sienten como cualquier ser provisto de sistema nervioso?
No entiendo como la gente puede seguir en su postura egoísta, snob, costumbrista y hasta folclórica de usar  objetos de cuero y no modificar su forma de pensamiento cuando se enfrenta a verdades como las que se divulgan, en menor grado claro, por varios canales de la web y que no hacen más que aspirar a tratar de conseguir cada vez más adeptos a una forma de vida que respete a todos los seres vivos y sintientes por igual. Porque todos lo merecen, porque todos lo merecemos.
Yo abordo este tema desde la autoridad que me confiere haber podido cruzar esa línea que hoy me ubica del lado de los que aportamos a la causa de salvar vidas y por este motivo, y aunque nunca fui muy carnívoro en mi alimentación aunque sí un consumidor 'con todas las letras' de los derivados de la leche animal, hoy me siento en condiciones de ayudar a instalar el tema de dar a conocer las bondades de un estilo de vida vegano para quien lo asume y para el resto de los seres vivos que habitan este planeta. Algo que va más allá de comer una fruta o una verdura en lugar de carne de vaca, de cordero, de pollo, de pescado, etc; y que se expande en todos los actos cotidianos de quienes lo asumimos con la finalidad de tener un estilo de vida más sano y respetuoso con los animales y la naturaleza.

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