jueves, 19 de abril de 2012

Ese estilo (tipo) de gente...

Debo reconocer que no tolero a ese tipo de gente que va por la calle queriendo llamar la atención con su mirada, tipo ojos de huevo frito (para ser bien claro) mirando o intentando mirar y cruzar miradas con todos los transeúntes que se cruzan en su camino. Y en el barrio, mi barrio, y especialmente en mi manzana, tengo un par de ejemplos de esos que en mis diarias y repetidas bajadas a Boro (mi perro labrador) a hacer sus necesidades me cruzo, y ya tengo catalogadas como parte de este grupo.
Y uno podría argumentar dos fundamentos ante este tipo pasar por al lado de otras personas que llevan quienes van buscando la atención de los demás, seguro; y para no ser tan drástico en mi desdén hacia ellos haré uso de ellos.
Podría decirse que es gente que quizás esté sola y desea, al menos en la calle y por unos minutos, compartir un intercambio "social" que las haga sentirse acompañadas y paliando de esta forma un poco su soledad (olvidaba añadir a mi presentación del tema que en gran medida son personas que pasan los 50/60 años, cómodamente, la mayoría de los que encuentro con este estilo), pero bueno, al ser básicamente las del barrio las personas a las que me refiero, no creo que después de años y años de andar por él no hagan uso de algún tipo de interacción social con otras personas, al menos las de la dietética, el puesto de diarios, el kiosco, la pizzería, la verdulería o, en última instacia, los encargados que siempre están en la vereda y tanto les gusta hablar con todo el mundo de cualquier tema que surja. Es así que por este motivo no justifico y no dejo pasar ese andar tan "mirame que acá voy yo" que tienen adosado a su ir caminado por la calle.
El otro argumento podría ser que no es tal y que es uno (yo en este caso) quien se cree que así va esta gente queriendo llamar la atención cuando en realidad esto no sucede. Este, lo rebato fácilmente ya que hay tantos lugares donde poner la mirada cuando uno va caminando por la calle (la vereda), a saber: el horizonte, adelante, el suelo, la nada, vidrieras, el camino y recorrido que se va haciendo, etc., y justamente no es lo que optan por hacer este tipo de gente siendo además su mirada, tan fuerte y persistente que logran con ella que uno sienta ese clavado de ojos que ejercen sobre todos (no sólo sobre mi, por supuesto) quienes nos cruzamos con ellas y pasamos por su lado. Es por esto que nuevamente, y en este segundo fundamento que quise permitirme para demostrar que no estaba haciendo gala de un arranque de molestia ante un par de personas que te hacen sentir que van por la calle mirando a todos los que tienen dentro de su radio de alcance visual, no justifico ni dejo pasar tampoco ese andar tan "mirame que acá voy yo".
Por último, valga esta aclaración final. Hago referencia a la gente que en general suelo ver en mi barrio (gente que ya ubico, conozco y me resulta familiar en sus rostros al ver por ahí) pero también me pasa con personas que veo en cualquier punto de la ciudad, ya que para sentir esas "miradas que van delante de las personas" que las lanzan alcanza con cruzarlas una única vez en la vida, en cualquier lugar de planeta.
¿Habrá sido muy lapidante mi punto de vista? La verdad, no lo sé y de haberlo sido aclaro que no fue esa mi intención. Sólo deseé expresar lo que genera en mí enfrentarme a este tipo de hombres y mujeres que a diario tengo la oportunidad de cruzar en las caminatas realizadas con mi mascota Boro, cuando salgo a pasear con Él por las calles de mi barrio y de la ciudad en general.

No hay comentarios: