viernes, 10 de agosto de 2012

Algunas diferencias entre animales no humanos y animales humanos.

Somos tan distintos los unos de los otros y sin embargo, aunque todo dé muestras de esto, los segundos (haciendo referencia al orden dado en el título de la entrada) se creen tan superiores a los primeros que es precisamente en ese sentimiento de arrogancia donde se demuestra básicamente la disparidad de formas de ser inclinando la balanza negativamente para el lado de los segundos, y favoreciendo en virtudes y bondades a los primeros, por supuesto.
Son muchas las diferencias entre ambos tipos de animales, a saber:
Los animales no humanos nunca se ofenden con los humanos a pesar de ser maltratados verbal y físicamente. Tampoco se enojarán jamás con ellos, aún cuando por otro lado se los ofenda y lastime, en cualquier sentido de la palabra. Los animales humanos son susceptibles de ofenderse, enojarse y mandar todo por la borda en los momentos menos pensados y ante los motivos más inimaginables.
Los animales no humanos pueden pasar toda su vida existiendo en pos de los animales humanos que los rescataron, los compraron, los adoptaron o los encontraron en un determinado momento y, en agradecimiento eterno, se comportan siempre correspondiendo con fidelidad y arrojo a este vínculo -supremo para ellos- hasta el último suspiro de su vida por la gratitud y honestidad natural que los caracteriza. Los animales humanos, por su parte, traicionan y desestiman en más de una oportunidad a quienes les tendieron una mano, los rescataron, o simplemente estuvieron con ellos, en distintos momentos, cuando se los necesitaba.
Los animales no humanos nunca muerden la mano de quien les da de comer. Los animales humanos..., eh..., bueno, mejor no entremos en explicaciones y fundamentos en este punto y sólo dejemos en claro que hay que cuidarse y protegerse "las manos" haciendo referencia a lo enunciado en este párrafo cuando de animales humanos se trata.
Los animales no humanos son puros, transparentes, no envidian, no engañan ni pueden mentir, no discriminan, no se burlan de otros seres vivos, no osan denigrar la vida de otros animales humanos o no humanos y, en lineas generales, son seres de amor y bondad. Los animales humanos, todo lo contrario a los no humanos.
Los animales no humanos comen y beben cuando tienen hambre y sed, respectivamente; y una vez saciados (en su justa medida), se detienen, paran. Los animales humanos hacen gala de los desbordes y desórdenes con alimentos y con bebidas.
Los animales no humanos no tienen vicios. Los animales humanos, sí.
Los animales no humanos son dueños de una fiera -interior- que pueden llegar a utilizar sólo en momentos en los que, de utilizar esa rudeza, dependa su vida o la de los de su clan familiar. Los animales humanos, ante el menor roce o encontronazo, con o sin motivos y aditivos extras como el hecho de estar alcoholizados por ejemplo, sueltan esa fiera que llevan dentro, que es por cierto sumamente agresiva y traicionera comparada con la de los animales no humanos.
Los animales no humanos no conocen de artilugios o tramas perversas para hacer caer en ellos a sus congéneres (recordemos que solo "atacan" cuando tienen hambre o cuando están en época de reproducción y solo para lograr el objetivo de reproducirse, y nada más). Los animales humanos son grandes estrategas y creadores de planes maquiavélicos y rapaces cuando de sacar ventaja y ganar partido se trata.
Y así podríamos seguir encontrando cientos de diferencias entre ellos. Todas revistiendo la peor parte para los animales humanos dentro de los cuales vale aclarar que, por supuesto, están los que logran diferenciarse un poco del común de los de este grupo intentando adoptar una postura diferente frente a lo establecido cultural y folclóricamente desde tiempos inmemorables y apostando a una mejor forma de ser y convivencia con todos los tipos de animales y seres vivos que habitan este planeta; más pacífica, respetuosa y armoniosa.
En la diferencia está lo bueno dicen algunos. Aunque debería ser en la diferencia donde cada parte tienda a ser mejor y más buena en lo que podría ser considerado como una sana y vital competencia, y no si esa diferencia tiene lugar porque siempre, en el mayor de los casos, de una lado se inclina todo lo bueno de la balanza y del otro, en fin..., ya saben, lo otro, lo malo.

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