domingo, 12 de agosto de 2012

Domingos por la tarde. A las 7 pm para ser más precisos.

Los días domingo creo que son a nivel universal
 los días que, en el momento de su ocaso,
 pueden provocar las sensaciones más tajantes y de tal crudeza 
en si mismas que si se soportan estoicamente es porque realmente,
 y más allá de muchas cosas,
 uno se encuentra más o menos bien y manteniendo un eje
que puede apoyarse en cualquier base pero que sirve para poder enfrentar,
 atravesar y pasar esta franja horaria de este día de la semana.
No pude evitar expresar lo que pasó en mi interior
 en este domingo, a las 7 de la tarde,
 en un momento en el que,  si se quiere,
 se dice que es "el momento" de la semana en donde todo puede suceder.

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