miércoles, 28 de noviembre de 2012

Extraordinario.

Muchas cosas buenas me ha dado la vida y seguramente que si las quisiera enumerar olvidaría algunas motivo por el cual lo dejo en la generalización de la idea, así como muchas no tan buenas o lindas. Como a cualquier persona que vive una vida, más o menos similar dependiendo de los sucesos extraordinarios que se den lugar en ella y que tienen lugar cada tanto en la vida de las personas.
Tal es así que a veces se puede creer que nada de este tipo le sucede a alguna gente y la verdad, para ser sinceros, todos somos capaces de vivir una vida con momentos diferentes, fuera de lo común y, por eso mismo, extraordinarios.
Yo, para ser más personal en esta entrada, dentro de las cosas extraordinarias que me ha deparado la vida enmarco la llegada de Boro, mi perro, a ella y todo lo que de ahí en más deriva de este encuentro y comienzo de vida compartida.
Vivo a diario por la tanto momentos extraordinarios que, como su nombre lo indican, carecen de lo común y ordinario de lo acontecido todos los días.
Si bien los vivo a diario, nunca podrían encuadrarse en el común de mis vivencias, jamás, ya que no puedo igualar el hecho de comer, bañarme, vestirme, y tantas cosas que sí hacen a lo ordinario y cotidiano con la experiencia enriquecedora y continuamente renovada de compartir la vida con Boro, mi perro; algo que definitivamente es un hecho extraordinario, como vuelvo a repetir para hacer hincapié en ello.
Así que teniendo en cuenta que algo como lo que acabo de comentar es excepcional, singular y sobresaliente como se darán cuenta -a las claras-, todas las personas pueden hallar en su vida eso asombroso, que dista mucho de ser lo corriente, y vivir una vida signada por la maravilla y el privilegio de sentirse únicos. Dicho de otra forma, de ser felices.

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