Llega un punto de la vida política de la que los ciudadanos de una urbe, sea la que sea, participan en momentos electorales y en otros determinados momentos del año -sino siempre- en el que cada uno puede expresarse como quiera y donde quiera y se lo permitan; para eso vivimos y estamos experimentando el inmejorable estado de vivir en Democracia. Yo creo que al margen de lo que pueda ocurrir después con la gente que se ha sentido agraviada con las declaraciones de Páez, y que son quienes lo escuchan y compran sus discos y entradas para verlo cantar en vivo y quienes en el futuro decidirán con sus acciones concretas (hacerlo o no), el hecho de sancionar ese tipo de declaraciones que según parece (por lo que muestran "determinados" tipos de medios de comunicación y periodistas suscritos a dichos medios) han determinado que Fito Páez ha cometido un "atropello a la razón", es injusto principalmente teniendo en cuenta de dónde vienen esas 'sanciones morales' a lo dicho por Páez.
Ahora digo yo. ¿Qué pasó cuando el candidato de Proyecto Sur declaró que la capacidad electoral de la gente de algunas provincias más pobres era de menor calidad o algo por el estilo pero que en definitiva, palabras más o menos, apuntaba a esa idea? ¿Qué pasó cuando el actual Jefe de Gobierno se refirió a los ciudadanos de países vecinos que venían a vivir a la ciudad que él gobierna (¿gobierna?) con términos descalificativos?
Ninguno de estos medios "determinados" se hizo eco de este tipo de declaraciones y nunca fueron noticia ni ocuparon mucho tiempo (ni papel) de información para que la gente pudiera saberlo y decidir a conciencia que le parecía lo dicho.
Con Páez pasó lo contrario. La noticia salió en varios de esos medios de los que hablo al referirme a "determinados medios de comunicación" y a fuerza de ver -y escuchar- la noticia una y otra vez, han apuntado a convencer e instalar la idea general de que en definitiva Fito Páez no tenía derecho alguno a expresarse libremente diciendo lo que sentía luego de los comicios que tuvieron lugar el Domingo 10 de Julio en la Ciudad de Buenos Aires.
Si Fito fuera un personaje político, bueno; quizás ahí sí se podría poner en tela de juicio su declaración y denostación a la mayoría "casi abrumadora" (para una diferencia electoral en porcentajes entre 1º y 2º lugar) que implicó el triunfo del actual Jefe de Gobierno y en consecuencia del modelo vigente que está al frente, políticamente hablando, de la ciudad por sobre el segundo competidor que alcanzó la mayoría de votos en esa elección. Pero Fito es un artista además de ciudadano de la ciudad de Buenos Aires, y como artista tiene todo el derecho de decir lo que "se le cante", y como ciudadano, otro tanto.
Yo creo que nadie va a ser tan débil como para ver modificado su pensamiento y forma de ver las cosas por leer una columna que habla acerca de un hecho que sucedió y que como indigna en algunos casos, debe alegrar (y mucho) en otros, que paradójicamente no parece que se atrevieran a dar rienda libre al festejo de ese triunfo ya que no se ha visto reflejada en la calle, como era de esperarse, la algarabía que una victoria que implicó haber ganado por una diferencia tan amplia con respecto al 2º candidato, ameritaba. Haciendo alusión con este último párrafo a lo dicho por Páez en su columna al expresar:
En definitiva, muchos piensan como Fito, y lo que él expresó asumiendo todo tipo de responsabilidad, que se traduce en como se plasmará en el futuro con respecto a sus seguidores la actitud que estos tomen de ahora en más (de seguirlo o no en su vida musical), ya a esta altura es anecdótico y releja una parte de la ciudad, de sus habitantes y de lo que muchos sintieron el Domingo a la noche al ver el resultado de los últimos comicios realizados.
"Hablo por la aplastante mayoría macrista que se impuso con el límpido voto republicano, que hoy probablemente se esconda bajo algún disfraz progresista, como lo hicieron los que “no votaron a Menem la segunda vez”, por la vergüenza que implica saberse mezquinos."
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