viernes, 20 de julio de 2012

Mi Evolución Animal.

En un determinado momento de la evolución de mi trato con los animales, evolución que afortunadamente no se detiene y ha experimentado en este último tiempo un cambio y movimiento constantes, he dejado de usar el término mascota con el que desde siempre denominaba a los animales domésticos (porque así lo aprende uno cuando es niño y si bien no es una nomenclatura que revista maldad o algo feo para con quienes nombra es algo estereotipado que nos es impuesto y como tal y carente de significación real creo que puede ser modificado si se le encuentra otro sentido más efectivo a una distinta manera de nombrarlos, en este caso a ellos) para pasar a llamarlos, según el momento también -como verán más adelante de esta entrada de blog- de diferente manera ya que con el tiempo y la evolución a la que hago mención al principio de este relato se me van ubicando las diferentes prioridades y formas de revalorizarlas y (re)nombrarlas.
Por tal motivo esos animales que otrora eran llamados por mi como mascotas al momento de catalogarlos, pensarlos y nombrarlos, pasaron a ser en un segundo momento: COMPAÑEROS DE VIDA NO HUMANOS ya que así fue como interpreté que debía considerar a Boro, mi perro labrador retriever y al resto de este tipo de animales sin importar su especie o raza más sí su condición de domésticos, en un comienzo de esta evolución que trata en pocas palabras del lugar que le doy y como lo considero a Él (a mi perro) y por ende a todos los animales que conviven con nosotros, día a día, en este mundo.
Luego, en el devenir de este camino evolutivo de este aspecto de mi vida, confronté conmigo mismo nuevamente acerca de la forma de llamar a nuestros compañeros de vida no humanos y fue ahí donde quise quitar todo tipo de diferenciación que los ubicara en un lugar de menor jerarquía que nosotros, los humanos, ya que para mí tal jerarquía superior (en nosotros) no existe.
Fue entonces, que producto de diferentes lecturas y averiguaciones, mejor dicho investigaciones (para darle el correcto nombre a lo que hago con sumo interés y muchas ganas de aprender constantemente sobre este tema que tiene que ver con la causa animal, su defensa, respeto y puesta en valor ante una sociedad que los descuida y desmerece por sobre los hombres), es que llegué a la que al día de hoy es para mi la mejor denominación que se les pueda dar a nuestros compañeros; ya que se quiera o no, hay que nombrarlos de alguna manera para poder referirnos a ellos, siendo además esta denominación más universal y abarcadora en lo que representan no sólo a los animales domésticos sino a todos los que integran esta especie de seres vivos (la animal), muchas veces maltratada por la ciencia, las empresas comerciales, las personas y la humanidad (DE HOMBRES Y MUJERES) que poco valor les da.
Volviendo al tema, decía que he encontrado entonces la mejor forma de llamarlos, y que la he descubierto tras las lecturas de varios libros, la mirada de documentales, conferencias y demás, y que es sencillamente llamarlos ANIMALES NO HUMANOS, ya que partiendo de la premisa que todos somos seres terrícolas por habitar este mundo llamado tierra, también somos, los seres humanos, animales que hemos descendido de ellos y por lo tanto en esta evolución que nos separa adjudicándonos diferentes atributos y virtudes a cada uno es que podemos decir que si bien, repito, somos animales, todos; nosotros nos hemos denominado humanos y hasta ahí han llegado ellos, sin alcanzar por supuesto este rango que si alcanzamos los hombres.
Por lo tanto si todos somos en esencia animales la diferenciación que hay que hacer y que no es exclusiva para diferenciarlos a ellos de nosotros sino que es ambigua para diferenciarnos mejor dicho a unos de otros es la de si son o no humanos los animales de los que hablamos. --- (Ejemplo para entender más claramente la situación aunque no sea necesario de mayores explicaciones: Yo, Facundo; una persona ---> ANIMAL HUMANO. Mi perro, Boro; un animal ---> ANIMAL NO HUMANO.) --- Fácil.
Por eso, afortunadamente para ellos, los animales no humanos no han alcanzado ese nivel donde aparece la injusticia, la falsedad, la mentira, el engaño, la burla, la conspiración, la maldad y todo ese combo de cosas horribles propias de los animales humanos y no de los no humanos.
Por lo tanto, agradeciendo que existan, y estén entre nosotros para devolvernos o mejor dicho volvernos a refrescar cada tanto con esa pureza y amor leal, es que nuestros compañeros animales no humanos hacen de cada animal humano alguien un poquito mejor cada día.

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