jueves, 28 de febrero de 2013

¡A este sí que le gusta tomar sol!

En esta entrada sólo me limito a mostrar y comentar algo que veo, desde hace años, y que siempre es igual. Siempre. No sufre modificación alguna jamás.
Este buen hombre (lo de "buen" es adjetivo deliveradamente puesto al azar ya que no conozco nada de él, ni siquiera su nombre) cada día de su vida, que no llueva o el clima realmente lo amerite para él, viene al parque y se tira a tomar sol, pero siempre, siempre. Lo sé porque, de venir con mi perro a este sitio cada tanto, siempre que he venido, todas las veces sin excepción alguna, lo he encontrado en diferentes lugares de la plaza, según se vaya corriendo el sol, desde hace más de 5 años ya, y nunca me pasó -vengo en días no estipulados pero sí muy seguidos a este lugar- de no verlo tirado en el pasto, sólo en short de baño, tomando sol.
Pobre tipo, (aclararé enseguida porque digo esto) ya que a mi no me hace nada, ni me molesta en lo más mínimo, como tampoco lo hace con las demás personas que están en el lugar; pero en más de una oportunidad me provocó ganas de ir y decirle (gritando): "-¡Dejá de tomar sol, chabón!"; pero afortunadamente fue sólo un impulso -producto de la miseria humana que acarreo como ser humano que soy aunque trate de sacar siempre lo mejor de mí- que nunca llegó, llega, ni llegará a hacerse efectivo.
En así. El tipo le da al sol como loco y en toda época del año; sólo o con más personas que acostumbran a hacerlo en los meses de verano pero que inexorablemente al llegar los días más frescos se van y abandonan la actividad de asolearse cada día, cuando el protagonista de esta entrada no lo hace y continua llegando hasta aquí para seguir eternamente haciéndolo.
Por eso lo quise compartir con ustedes ya que nunca vi un caso así, tan público (muchos lo harán en sus terrazas o jardines, quizás) que nunca se detenga; producto, que se yo, del aburrimiento, del tedio de hacer siempre lo mismo o por la quemazón que, a las claras, es extrema.
En fin, que haga lo que quiera; solo quise comentarlo. Después de todo, está en todo su derecho.

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