domingo, 3 de febrero de 2013

Escribir, como canal de deshago y expresión.

Si uno canaliza o expresa a través de su escritura lo que vive, ya sea positivo o negativo (¿existirá tal división teniendo en cuenta que todo es según c/u lo asimila y permita dentro de su ser?), hoy quizás, como tantas veces, voy a emitir una reflexión de un tema que no me es totalmente ajeno.
Pueden existir mil y una razones para fastidiar y molestar a alguien, más es el motivo de hacer algo a propósito lo que justificaría un fastidio y queja originados en la otra parte, ante determinado suceso.
Pero cuando eso que molesta es algo inherente a la parte que lo produce no se puede hacer otra cosa que aceptarlo o, en su defecto, alejarse para no estar, sentirse y convivir con "eso" molesto.
Más cuando lo que en teoría molesta es algo que se podría decir que forma parte, más de la imaginación de quien se siente afectado que de la realidad o existencia concreta de tal motivo, y se sigue permaneciendo cercano a esa molestia, no se puede hacer otra cosa que asumir -por parte de quien se molesta- que se está buscando la aguja en el pajar, para hacer de eso un motivo de discordia.
Y agrego esto último ya que me estoy refiriendo precisamente a las situaciones en las cuales quienes se sienten molestos reaccionan en consecuencia, de una manera hostil, agresiva, ordinaria y nada injustificable; es decir con mala leche, como decíamos cuando éramos chicos: "de acá a la China".
En fin..., acá estoy, siempre tratando de escribir aquello que, de tenerlo ahí al alcance de mi vida en algunas oportunidades, me surge y me consuela compartir en mi blog hasta que otra sea la decisión que logre abordar.
Y aclaro que nadie es trigo limpio en la totalidad de sus actos, obvio, pero hay quienes sólo quieren levantar discordia "de y en casi" todos los momentos de su vida; algo que no se puede ni se debe aceptar, bajo ningún punto de vista ni circunstancia; algo muy cierto también, repito, "de acá a la China".

No hay comentarios: