martes, 5 de febrero de 2013

Una agresión verbal, así, como très chic.

Nada justifica el mal momento que le hicieron vivir al vice ministro de economía, Axel Kicillof, junto a toda su familia; en aras de destilar y expeler su veneno ese grupo de personas de una clase acomodada desde siempre, que se niega rotundamente a compartir derechos que, como su nombre lo indica, le corresponden por naturaleza, a todos y a todas los y las habitantes de este país, sea cual sea su ubicación dentro de la escala social y no solamente a los del cerrado y exclusivo círculo très chic de esta clase media alta mezquina.

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