domingo, 10 de febrero de 2013

Es lo mismo.

A ustedes, los carnívoros, que les resulta tan fácil decir:
"Andá a la carnicería y compráme medio kilo de nalga de ternera, y decile al carnicero que la corte finita y le saque toda la grasa y los nervios que tiene, cuando la corte",
bien podrían decir tranquilamente entonces:
"Andá a la carnicería y compráme medio kilo de cara de niño, y decile al carnicero que lo corte finito y le saque las orejas y los ojos que tiene, cuando lo corte";
y no deberían hacer, ni encontrar diferencia alguna entre uno y otro pedido, ya que sencillamente no la hay.

Nosotros, los veganos, encontramos espantoso el hecho de la matanza, y previa tortura, de los animales. Ellos, al igual que nosotros, los humanos, deberían conservar el privilegio a la vida durante toda sus existencia, cosa que no pasa cuando se les cercena ese derecho, convirtiéndolos en mercadería para que unos cuantos millones de hombres, mujeres y niños hagan uso de ellos.

DIGAMOS NO AL CONSUMO DE CARNES Y DERIVADOS DE ANIMALES, EN NIÑOS, JÓVENES, ADULTOS Y ANCIANOS.
EN NINGÚN MOMENTO DE LA VIDA ES BUENO RECURRIR A LA ANTROPOFAGIA NI AL CARNIVORISMO COMO FORMA DE ALIMENTACIÓN.
ES UN HECHO ABERRANTE. SE LO MIRE POR DONDE SE LO MIRE.

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