lunes, 18 de febrero de 2013

Nosotros, los veganos y las veganas, no vamos a parar.

No tienen una idea de lo feliz que soy en mi elección, que se renueva cada día, de optar por el veganismo para mi vida.
Quizás sólo los veganos y las veganas, que comparten la dicha de la compasión por todos y cada uno de los seres vivos con sistema nervioso (central), puedan comprenderme, en la totalidad de mi afirmación.
Pero es más. Esta felicidad de la que hablo, que colma mi vida y me emociona hasta el punto de conmoverme al momento de escribir esta líneas, se vuelve más grande e intensa aún cuando veo y celebro la misma elección en los demás, quienes adhiriendo a esta filosofía de vida para sus vidas se suman a un grupo de personas, en verdad, benefactor.
Y más aún. Mi felicidad y la de todos los que antes o después se inclinen por el altruismo de no considerarse los únicos seres merecedores de derechos y privilegios a cosas tan obvias como la vida, por ejemplo, es enorme y se plasma en definitiva, más que por mí o por el resto de los veganos y las veganas, por ellos, los seres a los que estamos valorando, defendiendo, igualando y amando con nuestra elección que aunque quede repetitivo vuelvo a decir que nos emociona y colma de felicidad ubicándonos a la par de todos ellos y distanciándonos del lugar que por error muchas veces se piensa que creemos ocupar quienes optamos por ella; la de sentirnos seres superiores al resto que por no comprendernos no nos entiende, ya que nada más alejado de esa idea la vida de un vegano que solo quiere nivelar las condiciones y derechos entre animales humanos y no humanos, no distinguiendo diferencias entre unos y otros, salvo aquellas muy evidentes como la del hecho de expresarse en distinta lengua, y algún otro detalle nimio, pero no mucho más que eso.
Por eso me envuelvo con la felicidad y la emoción de escribir estas palabras y saber que en el veganismo, que va expandiéndose por todo el mundo ininterrumpidamente, hay felicidad asegurada, y no para el vegano o la vegana en particular solamente, sino para los animales que ya comenzaron a estar protegidos y nunca más volverán a estar desamparados y librados a su suerte frente a la ignorancia e impiedad humanas.
¿Que falta mucho por hacer? Lo sé. Pero ya comenzamos y no vamos a parar.

No hay comentarios: