sábado, 23 de febrero de 2013

Vivir es...

La vida es un compendio de cosas, eso está claro. Y ese compendio lo arma cada uno y nadie más, ya que sería ilógico suponer que alguien externo a nosotros tenga la posibilidad y el poder de hacerlo, arrogándose ese protagonismo en lugar de uno.
De acá en adelante podemos desmenuzar como se nos antoje la idea, que siempre vamos a tener una arista nueva por desarrollar, ya que eso mismo que hace que la vida sea tan compleja (abrumadora, muchas veces, cuando no se la encara de una forma correcta), es lo que la hace de un basto y extenso análisis, se la encare por donde se la encare.
Tal es así que como contrapartida a esta inocultable idea, que no supone ninguna novedad revelada, se puede decir que la vida es también esencialmente simple, en su mirada antagonista, y en eso redunda lo rico y maravilloso del análisis sobre ella.
Se pueden hacer grandes investigaciones y declamaciones de la vida y de todo lo que implica desandar sus caminos y su entramado central a diferente niveles entonces, pero es sumamente superior a todo esto quedarse con la idea que en el día a día puede manejar cualquier ser humano sin requerimientos de erudición alguna, que es la de la simplicidad que representa y contiene cada instante que se transcurre en ella donde lo único y esencialmente maravilloso sucede todo el tiempo desde que nacemos y comenzamos a desarrollarnos en ésta, nuestra tan especial, vida personal de cada día, de cada momento.
Vivir es maravilloso. Ojalá todos pudieran decir lo mismo.

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