miércoles, 12 de junio de 2013

Con el tiempo y sin darme cuenta.

He aprendido a través del paso de los años, y en este último tiempo en el que me he involucrado en forma más directa con el tema de los animales, con ellos mismos y con todo lo que se relaciona desde distintos lugares con ellos, a apreciar la belleza en todos los que vea y se crucen en mi camino.
Antes por ejemplo, yo podía distinguir y discernir entre un perro lindo y un perro feo, literalmente y teniendo en cuenta la belleza que puede estar asociada a un animal que resulte agradabilísimo de ver ya sea por sus rasgos y características generales.
Pues bien, ahora, y lo aseguro con la mayor sinceridad de la que soy posible, veo en cada perrito que cruzo por la calle, en el parque, o donde sea, a un animal hermoso, con una mirada que me dice que tipo de ser es y que lo hace bello y único en el mundo, y por lo tanto digno de todo mi cariño, mi amor y mi admiración.
Detrás de perros que otrora hubiese contemplado bajo una mirada desapercibida o directamente inexistente en el real sentido de lo que significa mirar a alguien, hoy aparecen esos seres que me conmueven por su expresión y fundamentalmente por su propia mirada, encontrándolos tiernos, adorables y especiales a cada uno.
El convivir a diario con mi perro, hace ya unos afortunados 5 años y meses, me ha sensibilizado y preparado para reeducarme en este aspecto que comento y para dejarme llevar, repito, por un par de ojos que, sean del animal que sean, siempre ofrecerán detrás de su mirada todo un mundo y una vida por descubrir.
Adaptar un estilo de vida bajo el signo del veganismo también ha cobrado fundamental importancia en el hecho de valorar más a los animales y no dejar de preocuparme por su vida y por su integridad física, espiritual y moral, traduciéndose este involucramiento personal a niveles muy comprometidos de lo que mi vida genere para que ellos puedan vivir mejor y básicamente VIVIR, en la valoración y apreciación también de cualquier animal doméstico que puedo hallar a la vuelta de una esquina y no sólo de los que se piensa al hablar de Veganismo, como suelen ser aquellos que la mayoría de las personas utilizan como alimentos y accesorios, ya sean vacas, ovejas, cerdos, gallinas, etc.
Por último algo estrictamente vinculado al Veganismo que practico y profeso -con el fin de concientizar en lo que pueda a los demás acerca de las bondades de optar por esta forma de vida- es la lucha contra el especismo que me ha transformado y pulido en la cuestión de respetar a todo nivel la vida que puede sufrir y pasarlo mal frente a los vejámenes que se comentan sobre y contra ella como sucede a diario con millones de animales utilizados para experimentos y testeos de productos de todo tipo que luego serán utilizados por los humanos, sometiéndolos en todos los casos de pruebas -sin excepción- a las más terribles, vergonzantes, crueles y nefastas torturas.
He avanzado y he crecido enormemente en todo este aspecto de ver, valorar, y hasta conmoverme ante un ser que -como decía- quizás en otra etapa de mi vida nada me producía el hecho de tenerlo frente a mi.
He crecido, sí; y vaya si lo he hecho. Y saberlo me hace feliz.

No hay comentarios: