sábado, 15 de junio de 2013

Un poco de arte. Algo de Monet.

Es ésta, a mi humilde entender, una bella obra de arte que conmueve por lo simple y profunda a la vez. Estamos frente a un lienzo de la serie de pinturas titulada 'Nenúfare' del famoso, y muchas veces olvidado en diferentes momentos de su vida artística, Claude Monet (1.840-1.926) que además de ser un pretigiosos pintor por lo que puede verse expresado en sus cuadros fue presa de grandes penurias económicas a lo largo de su vida (por eso lo de olvidado) llegando al punto de intentar suicidarse en más de una oportunidad por las dificultades que atraveba.
'Le bassin aux Nymphéas' (El estanque de nenúfares) es el nombre original de este trabajo y se plasma en él la fascinación que el pintor tenía por este tipo de flores que como se sabe dieron nacimiento a una serie de pinturas que aluden a las mismas.
La obra, de 1 x 2 metros, fue pintada por Monet en el lugar donde vivió la mayor parte de su vida y donde pasó sus últimos tiempos, en Giverny, y se cree que es ésta obra el trabajo más significativo dedicado a este tipo de flores ó al menos del que se tenga noción hasta el momento.

Es tan intenso poder llegar a conmoverse por el reflejo que produce el contemplar una pieza de éstas características que logra hacer sentir en quien la observa parte de lo que ha intentado transmitir su autor, que en esa magia inicial de puente atemporal entre 2 personas (su creador y el espectador) ya está justificada la existencia y materialización de la obra en, y para, el mundo.
Es arte. Es emoción. Es vínculo. Es luz. Es camino. Es unión. Es expresión. Es amor.

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