Refuerzo mi fundamento agregando que siento que está bueno reconocer expresamente, a través de una fecha, todo lo bueno que significa Boro, mi perro, en mi vida (teniendo en cuenta la fecha de ayer sábado 2 de junio) y los perros en la vida de sus compañías humanas, pero también siento esa contradicción que se genera en mi a partir de tener que dar una fecha expresa para proclamar las bondades que ellos representan y festejarlos y estar hablando todo ese respectivo día del tema cuando quizás en el resto del año ni se piensa en ellos.
Yo, cada día a través de mi otro blog, Mi Boro y Yo, expreso mi gratitud y mi amor hacia mi compañero -no humano- de vida y por eso, si bien no defenestro "las fechas" y saludé efusivamente a mi perro labrador en su día, no pierdo el eje de lo realmente importante teniendo muy presente en todo momento que cada día es su día, y también mi día y el de todas las personas que comparten y compartimos parte de nuestro (o todo) canino junto a estos hermosos seres de la especie animal.
Me quedo con esta idea entonces y, puntualmente, ayer brindé a mi perrito todo el cariño que de costumbre me brota del corazón sin pensarlo ni planearlo, cariño que no sé si fue mayor o menor que el que le ofrezco a diario pero que estuvo ahí brotando de mi, como siempre; y hoy al comenzar el día sentí que éste era también su día, mi día y el día de todos los seres que compartimos nuestro camino junto a ellos.
Dejo ahora una entrada (otra de este blog) muy relacionada con el tema de las fechas en donde me explayo más acerca de lo que aquí he abordado puntualmente ya que allá por octubre del año pasado hacía referencia a todo lo que me provocan las fechas en las que se conmemora, celebra o festeja "El día de...".
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