jueves, 7 de junio de 2012

Caminar hacia la meta.

Siempre es necesario tener en claro a donde se quiere llegar y con que finalidad se está buscando conseguir una determinada meta.
Si lo que se busca carece de fundamento real, comprometido y valedero para la vida personal y porque no grupal de una persona, entonces todo ese caminar en pos de algo es bastante frívolo y su consecuente conquista y realización será en el mayor de los casos de un carácter frugal.
La validez de una búsqueda y de una movilización para llegar al destino de la misma pasa por saber -desde adentro mismo del ser- que es en definitiva eso que hemos elegido y deseamos, además de necesitarlo verdadera e imperiosamente para nuestra vida, causa o etapa histórica que estemos atravesando. Sólo así, y teniendo en claro el objetivo, podremos movernos con determinación y paso firme hacia él.
Muchos podrán ser los canales o puentes y los motores que allanen y den ánimo a nuestro caminar diario y a nuestras ansias de seguir adelante para llegar a la deseada concreción del objetivo; y si perseveramos y no nos alejamos del camino que elegimos transitar para dar con él, al llegar y alcanzarlo nuestra satisfacción será tal que permanecerá en nosotros sin ser algo efímero como el polvo que arrastra el viento, y estaremos absolutamente realizados y felices de haber emprendido ese caminar que nos ha llevado hasta esa realizada culminación que además de muchas otras cosas significará para nosotros una gratificación personal total.

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