martes, 26 de junio de 2012

La discapacidad.

La discapacidad podemos decir que la tienen en primera instancia quienes por ver algo diferente a lo que acostumbran ver, tienen o sencillamente representa para ellos la normalidad (lo estándar), marcan una diferencia, valga la redundancia, entre eso nuevo y distinto que ven con respecto a lo que están acostumbrados a enfrentar normalmente en sus vidas.
Pero si de existir algo que diferencia a algunos seres de otros hablamos, en todo caso ¿cuál es el problema que exista y que se lo denomine de una u otra manera?
Es cierto que muchas veces caer en la denominación es un poco hiriente, según el contexto y el hecho o motivo que se esté nominando, pero hay que saber que si aparecen diferentes presentaciones de un mismo tipo de envase (por caracterizar como envase y para desligar de toda significación personal a las personas aunque suene un poco pueril hacerlo) es porque existen, están ahí y en algún momento alguien tuvo que llamarlas de alguna manera para referirse a ellas.
La discapacidad, a la que con el tiempo ha intentado llamársela con otros nombres que resultasen quizás un poco más inclusivos (dentro de qué digo yo, si es que ya de por si su nombre la excluía de algún lugar) remite a un impedimento de poder realizar, ejercer, llevar a cabo y/o exteriorizar aquello que el común de la gente (entiéndase las personas que no tienen ningún inconveniente en su motricidad y funcionamiento corporal y cerebral) hace normalmente sin ninguna dificultad.
Y es esa discapacidad que puede presentarse bajo cientos de formas la que en algunos casos, principalmente hace unos años atrás, una o dos décadas quizás, no más, representaba un motivo de estigma para quien debía llevarla adelante en su vida y enfrentarse a diferentes grupos de gente. Ya no sucede como antes, producto de que la mente, la inteligencia, y hasta el factor humano y sensible de las personas se ha ampliado y desarrollado considerablemente gracias a campañas, exhibiciones en programas de televisión de audiencia masiva dentro de la población (se puede estar a favor o en contra de este tipo de productos televisivos pero dentro de todo lo que conllevan y representan para la sociedad en algunos casos seguramente juegan a favor de un avance de la misma que representa un crecimiento e información y conocimiento de temas que hasta ese momento de ser mostrados por tal o cual programa ni se tenían en cuenta y valoraban por la gente) y a la maduración general decantada por el paso del tiempo y de la vida misma junto al crecimiento que se da en las sociedades de todo el mundo, algunas antes y otras después, lo que ha hecho que todo se vuelva más simple y fácil de sobrellevar para quienes tienen algún tipo de discapacidad y para quienes se enfrentan a tratar con personas que la padecen. Aunque en este último punto nunca entendí cual podría ser ese inconveniente en quienes no padecen de ninguna (discapacidad) al momento de enfrentarse con alguien que si la padece. Pero bueno, supongamos que desde la ignorancia del tema, desde el prurito o desde algún aspecto representara una incomodidad o inconveniente, eso ahora, afortunadamente ya no se ve (tanto) como antes.
Hasta se ha mejorado el tema de la inclusión en los niños, donde producto de no saber, además de la inocencia y franqueza de reacciones, podía (antes también) ser muy cruel lo que se generara entre un niño con discapacidad evidente para otro que al verlo y enfrentarse a él o a ella reaccionara de alguna forma negativa (burla, asombro desmesurado, llanto, alejamiento, desprecio, etc.) haciendo desatar un feo momento para el niño o niña vulnerados, para quien generaba el mal momento y para el resto de quienes presenciaban e intervenían en este disturbio y su contexto.
Hoy en día, gracias a la inclusión, repito, que se ha ido generando desde distintos ámbitos y a través de los diferentes canales (como puentes) de la sociedad, los niños toman el tema y lo aceptan entendiendo quizás que lo de afuera, eso que en otra época marcaba a fuego las relaciones entre las personas es algo que si bien sigue estando y se aprecia y tiene en cuenta, ha sido dejado a un lado al momento de interactuar y entablar una relación humana (compañeros de curso, de trabajo, de equipos para distintas actividades, etc.) que implique compartir mucho más que el verse y apreciarse físicamente unos a otros en tal o cual lugar y/o entorno. Algo muy snob, por cierto.
Así es, por lo tanto, que con el tiempo se han corregido desaciertos fundamentales del accionar de las personas que forman parte del colectivo que caracteriza a un pueblo, país o grupo de seres humanos que se maneja y desenvuelve de determinada manera frente a las mismas situaciones.
Podemos decir que si bien seguramente falta mucho por aprender y modificar, el cambio ya se ve y se siente considerablemente y esto es un estimulante muy bueno.
Aquella sociedad que en algún momento de su desarrollo y evolución logre no diferenciar negativamente entre uno y otro tipo de personas, generando de esta manera algún tipo de separación o alejamiento entre ellas, estará transitando por el camino de la igualdad total concebida para sanear, incluir, respetar y valorar la vida en cualquiera de sus formas. Nada más que eso. Y no es poca cosa.

No hay comentarios: