Aún en los momentos más oscuros que debamos atravesar, producto de la tristeza, el desaliento, el cansancio, y todo aquello que influya en nuestro estado de ánimo haciéndolo decaer; incluso ahí, siempre brillará nuestra luz interior; esa que fuimos alimentando e incentivando desde siempre y que en los malos pasares surgirá de nuestro ser para darnos la claridad que necesitemos y permitirnos usarla como un preciado tesoro personal.
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