lunes, 27 de mayo de 2013

El arduo camino de ser cada día (un poco) mejor.

La verdad es que yo tengo tanto, tanto que cambiar y mejorar en mi forma de ser que realmente cuando me doy cuenta de todo lo que tengo por delante con respecto a este metier me asusto.
Comento asiduamente en mis redes sociales o en este sitio web acerca del esfuerzo y el empeño que le pongo a todo para poder ser un Ser íntegro y feliz que vaya por la vida sin hacerle mal o significar siquiera una molestia para alguien.
Bueno, el caso es que a veces caigo en la cuenta de que todo el ahínco que pongo por un lado se desvanece cuando por otro debería moverme con la misma prestancia para no caer en lo que deseo erradicar de mi vida y que a feas actitudes e intenciones se refiere.
Me cuesta, pero me urge a la vez, comentar tales falencias de mi vida ya que por un lado no me resulta fácil asumirlas (o mejor dicho sí me resulta fácil pero no me resulta grato) y por otro me parece justo que como comparto lo que significa bueno y provechoso de mi Ser también comparta aquello que lo muestra como realmente es: un cúmulo de sentires e intenciones que están siendo encausados permanentemente en pos del bien de todos; del mío y de quienes me rodean.
Y es difícil, y es complejo abordar una vida (la propia) y salirse de la repetida manera de manejarse en ella basándonos en los impulsos y los arranques con los que habitualmente y desde siempre acostumbramos manejarnos. ¡Claro que es difícil! Sin embargo hay que  poder hacerlo, aspirar a hacerlo al menos, sacando de estos arranques e impulsos arraigados en nuestra forma de ser una enseñanza que nos ayude a modificarlos o erradicarlos cuando nada positivo vengan a sumar en nuestra vida y en la de los demás.
Bueno, como decía; hay mucho que debo cambiar y mejorar en mi forma de ser, es cierto; pero también, claro, hay algo de lo que me siento absolutamente afortunado (orgulloso) y es en el reconocerme diariamente en lo bueno, y principalmente en lo malo que sale de mi, ya que como es altamente favorable distinguir lo luminoso de nosotros mismos para tener más incentivos y fuerzas para seguir superándonos también es absolutamente necesario y renovador encontrarse frente a nuestra propia miseria personal para poder evaluar luego la forma de abordarla y transformarla en algo que venga a significar cosas buenas para nuestra vida.
Por eso, como les decía, es un trabajo que lleva mucha dedicación vivir una vida de buena intención y convivencia altruista con el prójimo y con uno mismo, pero en la dedicación es que finalmente veremos asomar los rayos de esa luz que queremos y buscamos para nuestro Ser y que no significa otra cosa que la felicidad y la paz personal de saberse con un trabajo interior bien hecho.

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