lunes, 13 de mayo de 2013

Otros tiempos.

Es un tema recurrente en mucha gente tener presente el tiempo pasado en su presente, valga la redundancia. Yo particularmente creo que desde lo personal es favorable dejar fluir el tiempo y transcurrir el momento que se vive.
Ahora bien. Pensar y evocar mediante recuerdos otros momentos vividos es una característica propia de los seres humanos, y como tal es un motivo más de alegrías y emociones que pueden volver a nosotros, a nuestro gusto y piacere, con el solo hecho de rememorar tales recuerdos en el tiempo que queramos.
Con respecto a tiempos vividos y atravesados por un país, por ejemplo, opino que es perentorio y certero recalar en la contemplación del tiempo pasado; más si se tiene en cuenta que aún en el tiempo presente hay motivos que deben ser revisados, saldados y cerrados (nunca olvidados) con su justo tratamiento, si es que en su debido momento no lo han tenido o logrado.
Los viejos tiempos son eso, horas de otra época o días distantes al que tenemos hoy; y desde lo personal, vuelvo a insistir en este ámbito haciendo foco sólo en él, no está bueno hacer de la historia pasada (personal) un motivo de permanencia en el hoy.
Si se vivió feliz y se lo pasó bien en determinado espacio de otro tiempo está bueno recordarlo y disfrutarlo a través de ese recuerdo pero no el traer continuamente a la memoria esa etapa ya pasada dejando de lado muchas veces el tiempo presente en pos de abrazarse a aquel que ya no está.
Si se sufrió y se lo pasó mal en otro espacio de nuestra historia, no hay dudas que lo mejor será dejar marchar definitivamente ese tiempo albergado en el recuerdo de nuestra vida para poder soltarlo y ser feliz en el ahora, no significando ese mal recuerdo un impedimento para desarrollar nuestra plenitud hoy. Aunque en este momento puedo hacer la salvedad de los recuerdos triste personales que es bueno, a pesar de su tinte triste y negativo, mantener para evitar que los volvamos a cometer, aceptar y experimentar. Y cada quien sabrá que contemplar bajo esta idea expuesta como salvedad del caso.
Es así gente, vivimos el momento éste, único e irrepetible como eterno (uno siempre se encuentra en el ahora y por eso su eternidad) y por tal motivo lo que pasó ya tuvo su momento y lugar; siendo demasiado amplio y lleno de posibilidades nuestro tiempo real como para desviar la mirada hacia otro (tiempo) que no existe.

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