domingo, 19 de mayo de 2013

Su esencia quedó al descubierto a lo largo de su carrera. Y de su vida.


Ella es la diva de la tevé argentina pero al igual que a otra de las divas a la que también me he referido en una entrada de este blog, ya le ha pasado su tiempo de divismo.
Harto suficientes son las pruebas que la dejan en una postura muy fea que alude a su forma de pensar, retrógrada y autoritaria.
Esta diva, que otrora enarbolaba la bandera del glamour y emanaba charm por doquier con su presencia, al día de hoy a pasado a ser una decrépita señora entrada en años que intenta seguir manteniendo un aspecto jovial y fresco no logrando a pesar de cada uno de sus intentos lo que busca (¿Se acuerdan de la película "La muerte le sienta bien"?; no se porque me acordé repentinamente de este film al hablar del estilo de la conductora); porque una cosa es que aparezca en fotografías llenas de fotoshop (a niveles de ciencia ficción para lograr disimular un evidente paso de los años) o en la pantalla del canal que la contrata y por ende (por contrato, seguramente) la cuida hasta en el más mínimo de sus detalles y otra muy distinta es que se la retrate o se la pueda ver sin los efectos que por esta época la tecnología provee a los medios gráficos y audiovisuales.
Ella ya tuvo -al igual que la Señora de los almuerzos- su cuarto de hora; cuarto de hora que podría haber mantenido indefinidamente de no haber mostrado una cara tan despreciable y armamentista contra determinadas personas y cosas de nuestro país y de la Argentina en general, hablando en otros países o en Argentina mismo, en entrevistas en un caso y móviles de noteros en el otro, respectivamente, de lo mal que -según su punto de vista, claro- está todo por aquí.
Susana ha mostrado una cara más intolerable que la de muchos de los que acostumbrábamos a ver y escuchar hacer gala de tal estilo de pensamiento y de vida lo hayan hecho. Y ella era la diva, la amada, adorada y seguida por miles y miles de argentinos -muchos de los cuales aún la siguen- y sin embargo no tuvo en cuenta todo esto y se mostró fea (interiormente, además), mala, desalmada, despiadada, y desfachatada en declaraciones que es mejor ni repetir, aunque no olvidar.
Vale decir en favor de la Giménez en este momento que es preferible, a pesar de todo, mostrarse tal cual uno es, honestamente, a ser un farsante que aparenta una cosa siendo otra en realidad, pero en el caso de "La Su", me parece que ha representado en mucha gente una desilusión conocerla tal cual es, así tan totalitaria.
Y antes (todavía algunos continúan en esta tesitura) se alegaba: "Es Susana", "La gente le perdona cualquier cosa", "Puede decir lo que quiera, total no pasa nada", y etc., etc., etc.; pero al igual que expresaba al referirme a la otra diva nacional, la piola a veces de tanto que se la tira se corta y entonces ya nada vuelve a ser lo mismo para quien gozó de la inmunidad (impunidad) ante todo lo que expresara o hiciese.
Ella vuelve al aire con su programa por éstas próximas horas y seguramente que muchas personas estarán frente a la pantalla esperándola y disfrutando del reflejo neoliberalista snob que la ha marcado a fuego hasta nuestros días y que podrá verse a través del brillo y las luces de su programa de tevé. Pero es indudable que ya no representa lo mismo para el pueblo, para "gran" parte de ese "gran" pueblo que la siguió desde los albores de su mega popularidad allá por la mitad del segundo lustro de la década del '80 (1987 fue el año del comienzo de su programa "Hola Susana"), justamente en el canal que en la actualidad tan alejado de ella y de sus convicciones acerca de la vida civil e institucional de un país se encuentra.
Podrá volver entonces y será aclamada por muchos, más ya no por todos, ya no. Su verdadera esencia ha quedado al descubierto a lo largo de su carrera. Y de su vida.

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