viernes, 19 de abril de 2013

Y ganó Maduro, nomás.

No se explica porque es tan difícil de aceptar la victoria de un hombre representante en los votos de una porción mayoritaria de la población por sobre un sector que no alcanzó con sus votos a imponer a su candidato para obtener el lugar que éste, ahora el electo presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ocupará en adelante.
Si bien Nicolás Maduro Moros ganó a su principal opositor, el candidato Henrique Capriles Radonski que representaba en las urnas a ese sector que no pudo obtener la mayoría de votos y al que hago alusión al comienzo de este breve abordaje acerca de lo acontecido en ese país con referencia a las elecciones presidenciales que tuvieron lugar el último domingo 14 de abril, esa victoria debería haber sido tomada como un triunfo en pos de todo el pueblo venezolano y no sólo de los votantes por el candidato ganador, aunque bien sabemos que nunca suele pasar así y que principalmente cuando las derechas de los estados pierden frente a la opción popular de inclusión e igualdad para todos los sectores de su sociedad las cosas toman un rumbo hostil, violento y de incitación a la violencia por no querer aceptar ni comprender que la voluntad POPULAR, esa palabra que tanto temen y desprecian, se haga valer frente a sus deseos y ambiciones mezquinas.
Y ganó Maduro, nomás. Y es motivo de alegría que se continúe con el rumbo iniciado por el comandante Hugo Chávez Frías además de significar este resultado un rotundo aire esperanzador para el pueblo que acaba de llorarlo junto a toda la Latinoamérica unida en la triste y nunca esperada partida de su líder, y que puede ahora con la asunción del continuador (por deseo del mismo Chávez) de este plan de gobierno reavivar su alegría y la certeza en que todo va a seguir en el mismo rumbo que los seguirá haciendo visibles para el poder político, no volviendo jamás a esa invisibilidad que tenían antes de la llegada de su primer y gran caudillo, el buen Chávez.
¡Fuerza Maduro! El pueblo de toda esta hermosa Latinoamérica celebra y te abraza en este tiempo de unión, paz y amor. Los caminos nos siguen conectando, fortaleciendo y hermanando.
¡Fuerza Nicolás! ¡¡¡¡Y que viva la Patria Grande!!!

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